53 3 0
                                    

aren't we dating?

suga

Conocí a Min Yoongi cuando estudiaba en la universidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Conocí a Min Yoongi cuando estudiaba en la universidad. Su madre lo había obligado a tomar un curso de español en México (porque él siempre alegó ser malo en la escuela y que jamás estudiaría una licenciatura) así que estuvo de intercambio en mi centro universitario por un año entero. En ese tiempo entré con una amiga a estudiar coreano simplemente para saber quién podría aprender más rápido pero jamás pensé que ahí encontraría a mi mejor amigo.

Yoongi no era mucho de hablar con las personas, especialmente con desconocidos, pero fue inevitable no notar que pedía a gritos (silenciosos) que alguien le ayudara en ese país completamente desconocido para él, así que tomé valor y me acerqué a él un día en que lo vi sentado en una banca, solo, y dejándose mojar por la lluvia. Si me lo preguntan, parecía el protagonista de un kdrama que ya se había dado por vencido, que estaba completamente desesperanzado y que ya no veía ninguna salida. Ese día recuerdo haberlo invitado a mi casa y mamá nos cuidó porque ambos nos resfriamos y, curiosamente, eso nos unió de verdad porque pasamos el tiempo juntos, cobijados y viendo películas. Resultó que teníamos muchas cosas en común y mientras él aprendía el español, él me ayudaba con el coreano.

Pasamos un año juntos en México conociéndonos y fortaleciendo nuestra amistad, tanto así que aunque volvió a Corea, seguimos en contacto. Él es el único amigo que conservo; ni siquiera la distancia impidió que nos dejáramos de hablar, contrario a lo que pasó con las supuestas amistades que tenía cerca de mí.

Los años pasaron y Yoongi entró a un grupo de música del que tanto me había hablado. A pesar de sus inseguridades, siguió mi consejo de no dejarse intimidar por sus propios pensamientos negativos y, enfrentándose, logró debutar en un grupo k-pop llamado Bangtan.

Desde ese momento la comunicación entre nosotros disminuyó, a tal punto, que solamente una vez a la semana hablábamos. Pero no me enojé por ello. Sabía lo mucho que estaba trabajando para darse a conocer entre los coreanos; sabía lo cansado que estaba por las largas horas de ensayo de canto y baile, composición de letras y por vender entradas a sus conciertos. Jamás dejé de apoyarlo y sugerí ayudarlo a promocionarse en mi país pero sus managers no lo aprobaron.

Por suerte su esfuerzo pronto obtuvo su recompensa. De ser premiados y amados en Corea, pronto se dieron a conocer alrededor del mundo, pasando por países europeos como Inglaterra hasta llegar al continente americano, especialmente en Estados Unidos. A partir de ese punto, pude unirme a su travesía porque no tenía mucho que me atara a mi país de origen (exceptuando a mi madre y mi única hermana) así que no tuve problema en dejar todo y no mirar atrás.

Los integrantes de BTS, y amigos de Yoongi, me recibieron con alegría porque Suga (el nombre artístico de mi amigo) les habló mucho de mí. Me llevaba bien con todos pero logré conectar más con Namjoon y Hoseok (todos suponían que era porque mi mejor amigo era rapero como ellos), así que pasaba horas y horas en el estudio de creación o riendo a carcajadas con las locuras de Hoseok o pasando un tiempo agradable y tranquilo paseando en bicicleta con Nam.

BTS | one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora