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"AMIGOS=PERRAS"




Kei Takeda nuevamente estaba ahí, durante su última competencia ganó, convirtiéndose en el chico más joven en terminar aquella carrera.

—Joven Smith es una gran promesa para este deporte qué apenas esta emergiendo, ¿Cuáles son sus planes a futuro?

El peliazul miró hacia la cámara. —No tengo ningún plan, solo quiero divertirme.

Todos los reporteros a su alrededor soltaron algunas risillas, pero Kei no comprendió del todo el porque de ellas.

—Quisiera tener esa perspectiva del futuro Joven Smith. —El entrevistador río y él no le vio lo gracioso, solo quería seguir compitiendo.

Él terminó, y caminó hacia donde estaban sus amigos, quienes solamente le ignoraron.

—Nick, ¿Por qué no me hablan...? —Cuestionó el peliazuñ frunciendo su ceño.

—Oh, ¿Ahora si tienes tiempo para nosotros? —Soltó el chico rubio.

—¿Qué? —Soltó el peliazul.—Yo...se que he estado ocupado, pero el torneo ha acabado, podemos volver a nuestras carreras...

—¿Crees que es así de fácil? —Nick soltó una risa. —No será lo mismo, nunca será lo mismo, Kei, tu y yo no somos iguales...—Su amigo negó con la cabeza. —Me costó darme cuenta, pero ni siquiera puedo llegarte a los talones.

—Eso no importa, nunca se ha tratado de quien es mejor o peor...—Replicó el peliazul.

—Al parecer nosotros solo queremos robarte la fama. —Le interrumpió Nick. —No quería decirlo, pero ya no queremos estar contigo, despues de todo nunca te importamos.

—Claro que no, ustedes son importantes...—Musitó. —Es divertido patinar con ustedes.

Kei estiró su mano para detener a Nick, podían conversarlo, podían resolver sus problemas.

Nick golpeó su mano para evitar que lo agarrara. —No hagas esto más lamentable, sigue compitiendo Kei para eso eres bueno.

Entonces Kei se quedo paralizado, viendo como los que creía que eran sus amigos le dejaban y por más que el intentaba llegar a ellos estos se alejaban cada vez más y más.

El peliazul despertó sintiendo como el aire le faltaba, tuvo que abrir la ventana de su cuarto pata tranquilizarse y finalmente soltar un enorme suspiro.

Regresó su mirada hacia su habitación, encontrandose con todas sus medallas y trofeos gabados en una estantería y en un arranque qué a su madre no le gustaría tomó todo y lo puso en una caja.

Estaba harto de verlos.

Esos trofeos eran la razón del abandono de todos sus amigos, ahí estaba el problema, no debía ser mejor que ellos.

—Buenos días cariño. —Saludó su madre al chico cuando lo vio llegar.

—Hola. —Musito sentandose a desayunar.

Ante el simple saludo su madre alzó una ceja más no dijo nada, hasta que el chico terminó de comer preguntó.

—¿Estás bien?

PRETTY BOY | DrakenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora