- ¿Quieres bailar? – dijo después del beso.
- ¿Estás seguro?
- Vamos, Thomas. Todos saben de esto – dijo tomando su mano, para salir del baño.
- Espera...
Thomas agarro a Max de la abertura de la camisa y lentamente comenzó a acercarlo, un beso apasionado, así lo reproducía la mente de ambos. Un beso tan esperado después del primero.
En la mesa del bar, Heather admiraba a todos, con su mano sosteniendo el trago de margaritas que había pedido, de hecho, era el quinto.
Se atragantó en el momento en el que vio salir a su mejor amigo, del baño con Max sosteniendo su mano.
Thomas le indico con la mirada, una mirada alegre, que, prometía un chisme más tarde. Heather así mismo, le indico con un claro movimiento de labios, un. " Estoy orgullosa de ti"
El alcohol comenzó a hacer efecto en Heather, cuando se dio cuenta, dejo su vaso y se dirigió al baño. Metros antes de llegar choco con alguien haciendo que le derramarán vodka en la blusa.
- Lo siento mucho – se apresuró a decir un muchacho.
- No hay problema, fue mi culpa – dijo Heather pasando su mano por su pecho – Ahora tengo aroma a Vodka, tranquilo, no sería la primera vez.
- Ni la última ... ¿Verdad?
- Exacto.
- Soy Hosh, un placer – le tendió su mano.
- Tengo que ir al baño, con permiso.
- ¿Puedo invitarte un trago luego? – grito Hosh.
- ¡Lo dudo!
Al entra al baño, Heather se miró al espejo, su maquillaje había dejado de ser sutil, siempre olvidaba el hecho de que hacía tanto calor dentro de un bar, que el maquillaje se iba corriendo al pasar las horas.
Agarro una cantidad excesiva de papel y comenzó a presionarlo sobre la blusa, el olor del vodka se hacía más penetrante para su nariz, provocando que quiera vomitar.
Mientras seguía limpiando, oyó como la puerta del baño se abrió, alguien entro, pero no iba a dejar lo que estaba haciendo, solo para mirar. Pero la silueta que dibujo su mente, fue extraña.
Al mirar por el espejo, pudo ver cómo alguien alto, entraba a uno de los retretes. Su aspecto se le hizo vagamente familiar.
Rulos, alto y de ropa totalmente negra...
- ¿Pero qué?
Se miro al espejo nuevamente, deduciendo su próximo paso.
- Disculpa... - dijo acercándose a la puerta. Es un año de mujeres.
Nadie contestó, no se oía absolutamente nada del otro lado.
- Oye, dije que es el baño de mujeres – dijo golpeando la puerta.
Un crujido se oyó, proveniente de la puerta abriéndose.
Una mano salió, tomando a Heather del brazo.
Por instinto cerro los ojos, al darse cuenta de que se encontraba en un espacio minúsculo, dejo de oír repentinamente el sonido de la música y sus ojos sabían que estaba en un espacio totalmente a oscuras.
Al abrir los ojos, se encontraba en el cuarto oscuro, el que ya conocía. En la esquina de siempre estaba él.
- ¿Qué esperas? – dijo el muchacho.
