Luego de la repentina partida de Olivia y su hermano, más de un corazón quedó roto en el pueblo de Beacon Hills. Sin embargo, ahora Liam intentaba borrar de su mente el recuerdo de ella, no tenía tiempo para pensar en ello, nuevos problemas amenazan...
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Olivia sentía muy cansada en la mañana luego de haberse dormido tan tarde, pero no se arrepentía de nada. La charla que tuvo con Jordan desde el momento en que se reencontraron hasta que se quedaron dormidos, Olivia con lágrimas en sus ojos y Jordan consolándola con fuertes abrazos, había sido algo gratificante para ella. Volvía a sentirse como en casa, algo que era desconocido para ella, al menos después de tanto tiempo.
Lydia se había marchado antes de cenar, sin antes decirle que volvería a visitarla mañana y hablarían todo lo que tenían pendiente.
Olivia se levantó con mucha pesadez del sofá, lugar donde dormiría a partir de ahora, y bostezó.
—Buenos días —escuchó a Jordan aparecer por la puerta de la cocina. Olivia abrió un ojo, molesta con la luminosidad de la habitación—. Bueno, al menos tu cara de amargada en las mañanas no ha cambiado para nada.
Olivia lo fulminó con la mirada.
Jordan soltó una risa, se lo notaba más alegre después de tanto tiempo. Le dejó el desayuno en la mesa ratona del sofá y él fue a colocarse la chaqueta de su uniforme.
—Gracias por el desayuno, Jordan. No tenías que hacerlo —sonrió agradecida ella. Era raro volver, todo se sentía así, pero Olivia pensó que sería cuestión de tiempo hasta que volviera a adaptarse nuevamente. Aunque no sabría que le depararía el futuro.
¿Jordan seguiría siendo su tutor legal? Incluso aunque su padre no haya hecho ningún cambio de papeles, ¿Jordan aún querría seguir siéndolo? Si no lo quisiese, lo comprendería totalmente, pero si nadie se haría cargo de ella, estaba claro adonde iría a parar. Y eso era lo último que quería.
—Volveré tarde, ¿sí? Cubriré el turno noche, aquí tienes unas llaves por si acaso —le tendió una copia de sus llaves del departamento—. Sólo... ten cuidado, ¿sí? Las cosas han cambiado en Beacon Hills, y lo último que quiero, es perderte de vuelta.
Olivia lo miró y le sonrió tranquila, volvió a sentir ese sentimiento de protección, de hermano a hermana. Pensó en Logan y lo mucho que la había decepcionado, y después de larga charla en la noche, Jordan también se sentía muy decepcionado. Después de todo, los hermanos Jonhson se hicieron parte de su familia en muy poco tiempo.
—Muchas gracias, Jordan.
Él sonrió más relajado, y se fue a trabajar.
Olivia aprovechó para comerse todo lo que Jordan le había preparado en cuestión de segundos para luego desplomarse en el sillón nuevamente.
(...)
Golpes fuertes en la puerta, despertaron a Olivia de un salto. El corazón le empezó a latir con demasiada fuerza, alguien iba a atacarla.
Todas sus alarmas se encendieron, y sintió su vista roja y más clara. Cuando menos se dio cuenta, se había transformado y lista para atacar ferozmente a quien sea.
