10: Vacío

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Childe miró el rostro tranquilo de Zhongli, mientras las lágrimas seguían cayendo por su mejilla, humedeciendo el del otro. No hizo ningún ruido, apretando el anillo en su mano. 

—Childe, tenemos que... —Venti habló finalmente, interrumpiendo el silencio que se había formado. 

—Yo lo sé —sentía un gran vacío en su pecho. Se sentía... hueco. Colocó el anillo en su dedo anular de la mano izquierda, mientras su pecho se encogía. 

—Tardan tres minutos aproximadamente, ¿cuánto tiempo ha pasado? 

—Uno...

Xiao detuvo la furgoneta. Venti abrió las puertas, ayudando a Childe a bajar al castaño, colocándolo con cuidado en la carretera. Xiao también se bajó, quedándose cerca de la puerta mientras cargaba la pistola, dándosela al pelirrojo. Childe se agachó, sentándose de rodillas al lado de Zhonglisujetandoa la pistola en sus manos temblorosas.

—No tienes porqué hacerlo tú... 

—Me lo ha pedido él —dijo acercando el cañón de la pistola a su frente—. Y le he dicho que lo haría. 

Su mano temblaba, sabía que tenía que darse prisa, pero su cuerpo se negaba a apretar el gatillo. Cerró los ojos con fuerza, respirando hondo y apretando la mandíbula. Lo estaba salvando. Se obligó a creer en ese pensamiento, apretando el gatillo mientras una lágrima caía por su mejilla. 

Childe permaneció abrazado al cadáver de Zhongli, mirando a la nada mientras lo sujetaba con los brazos. Habían estado viajando durante toda la noche, habiendo visto el amanecer. Ninguno había vuelto a decir una palabra, permaneciendo en silencio. Venti le había tratado las heridas con los pocos recursos que tenían a su disposición, aunque su ojo fue bastante más difícil por obvias razones. Desvió la mirada hacia la suave sonrisa de Zhongli, estaba demasiado frío. Normalmente era él quien recibía calor corporal por parte del castaño, pero ahora le resultaba demasiado raro ser él quien estuviera haciendo eso. Su piel había palidecido levemente y su cuerpo había empezado a volverse rígido. Childe apretó más el agarre, sin ser capaz de derramar más lágrimas. Quería escuchar su voz, quería que sus brazos lo rodearan y le abrazaran, quería ver esos ojos dorados brillar, quería... quería que estuviera vivo

Tragó saliva, pasando la mano por su cabello corto, respirando profundamente. ¿Cómo se supone que iba a soportar este mundo sin Zhongli? Él le dijo que no podría sin él, pero ahora lo había dejado... las cosas se habían invertido. Al final todo resultó en vano. 

—Es mi culpa —susurró Venti tras horas de silencio—. Si no hubiera sido llevado con los infectados, no tendríais que haber aceptado el trato con Kaeya... 

Childe se quedó en silencio. 

—Fuí yo quien insistió en ir a buscarte... —contestó con la voz ronca—. Yo les presioné para aceptar eso. 

—Scaramouche sabía de los rumores y aún así decidió acompañarnos, era consciente del riesgo —intervino Xiao—. De todas formas no vamos a cuestionar sus decisiones, ya no están, y tenemos que recordarles como es debido —giró la cabeza para mirar a Childe momentáneamente—. Eso es lo que dijo Zhongli, ¿no es así? 

Asintió con la cabeza.

—¿Qué harás con él? —preguntó Venti, mirando a Kaeya que seguía inconsciente. Childe se quedó en silencio, mirando al causante de todos los sucesos, de todos sus problemas. Sintió odio, sed de venganza.

—Lo voy a matar —contestó, su voz cortante mientras lo miraba con la mirada vacía. 

Childe tiró a Kaeya del maletero de la furgoneta de una patada, haciendo que rodara por el suelo, tosiendo y jadeando. Aún así, sonrió, apoyándose en sus rodillas mientras sus manos seguían atadas a la espalda.

𝙐𝙣𝙩𝙞𝙡 𝙙𝙚𝙖𝙩𝙝 𝙙𝙤 𝙪𝙨 𝙥𝙖𝙧𝙩 [ 𝘼𝙐 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙞 +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora