Capítulo 30- Sentimientos internos

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Matthew:

Una semana después:

Mi mirada se pierde en el atardecer que se refleja en el cielo, con unos colores inmensos para recibir la noche.

Tomo de mi copa de vino y visualizo en el gran salón exclusivo de artistas otras obras de diferentes autores, intentando descifrar sus significados o sus sentimientos.

—Matthew querido— pronuncia Vince ingresando elegante al hall. Bebe una copa de champagne y su cabello se encuentra peinado hacia atrás, dejando rastros de algunas nuevas canas a consecuencia de su edad.

—Vince— sonrío para luego sujetar un cigarrillo de mi bolsillo en el pantalón.

—Amalia y Úrsula se quedaron abajo, esperando la conferencia... así que tenemos un pequeño instante para conversar.

Mis ojos se entregan en una obra de cupido, fascinado por el dibujo del ángel en su máximo esplendor. Sonrío nostálgico recordando a Úrsula llamarme por su ángel, aunque al mismo tiempo, la pintura me trae viejos recuerdos de mi historia que no quisiera visualizar.

—Claro— finjo mis emociones empezando a caminar en el espacio para después sentarme en la ventana. Exhalo el humo hacia afuera, cerrando los ojos. Hago una leve flexión del cuello para aflojar las tensiones de mis músculos.

— ¿Estas feliz por el logro, Matthew? Tus obras serán vendidas, muchas personas están interesadas y ganaste notoria fama en el arte, tendrás pronto algunas entrevistas, también.

—Lo sé— sonrío agradecido— gracias, Vince. Sí, claro que sí, es una parte buena de mi vida, el arte salva ¿O no?— brindo una suave pitada al cigarrillo otra vez, mientras Vince parece leer mis sentimientos a través de la mirada.

Carajo.

—Sabes que conmigo no debes cerrarte...estoy aquí, Matthew— continúa— te quería mostrar uno de tus primeros dibujos pero no sé si es un buen momento—finaliza dudando— te conozco, te dejaré solo... necesitas estar contigo mismo.

Vince se despide del gran salón yendo hacia la puerta, hasta que mi impulso lo llama.

Él sabe mi historia. Él sabe de mi dolor y de esas marcas que continuaron en mi alma sin cesar.

—Espera— revoloteo mi cabello sintiendo la fresca brisa que ingresa al ambiente— muéstrame ese dibujo. Necesito vivenciarlo.

Me sonríe melancólico para acercarse otra vez hacia mí. Toma de su bolso una hoja amarillenta y doblada por el tiempo guardado en algún rincón de su hogar.

—No puedo creer que la guardaste— susurro sorprendido al reconocer esa obra. Esa fue la primera obra que Vince visualizó desde mi parte, para luego empezar a iniciarme en el mundo artístico.

—Tú la querías tirar cuando empezaste a hacer otras pinturas, pero no pude evitar guardarla, muchacho— prosigue bebiendo de su copa de champagne. Asoma su mano cerca de la mía con el papel, y ante su gesto, empiezo a tener leves escalofríos con tal magnitud de emociones.

Hasta que abro el curioso papel y mi corazón empieza a palpitar, llevándome inevitablemente a esos recuerdos. A ese Matthew adolescente y sufrido, que solo se desquitaba con un lápiz.

— ¿La recuerdas? — cuestiona Vince, apoyando su mano en mi hombro en un gesto de comprensión. Siento mis ojos juntando agua lentamente, de una manera tortuosa.

—Claro que la recuerdo, Vince. Esta obra fue la primera muestra emocional de mi interior, siento que me liberé por completo— exclamo. Respiro profundo para continuar mi análisis después de algunos años—Una habitación oscura, un chico encapuchado no solo en el exterior sino también en representación de ocultar sus emociones y sentimientos... el karma radicando en el lugar donde todo lo daba y sentía que nada recibía a cambio... eso representaba la obra.

Pintando tu cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora