Capítulo 15- Taller de arte

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Úrsula:

La luz del amanecer se asoma por los vidrios en el techo. Me refriego el rostro mientras me remuevo en el sillón, sintiendo demasiado espacio para mi sola.

Cuando abro los ojos observo que Matthew no se encuentra.

Empiezo a mirar atentamente alrededor mío y no me percato de su presencia en ningún momento.

— ¿Matthew? — exclamo confundida.

Observo mi celular. Seis de la mañana.

— ¿Matt? — pregunto nuevamente caminando en la extensa sala de estar.

Breve instante de silencio.

— ¿Úrsula? — susurra su voz desde alguna parte. Giro mi cabeza buscándolo.

— ¿Dónde estás? — río en bajo por no encontrarlo. Acomodo mi cabello desordenado hacia un costado.

—Asómate al lado del baño, hay una escalera hacia abajo.

Wow.

Un sótano.

Cada escalón marca un mundo maravilloso delante de mis ojos. Jodido espacio.

—Matt, carajo— exclamo sorprendida al observar la gran habitacion que acabo de descubrir.

— ¿Desvelada, Úrsula Lee? Estoy pintando desde las cuatro de la mañana— prosigue sujetando un pincel en su mano en tanto lo limpia con una toalla.

El taller de arte de Matthew Stone es realmente llamativo y sorprendente.

— ¿Mucha fascinación? —pregunta dejando apoyado el pincel para tomar un cigarrillo y encenderlo como es de su costumbre. Exhala el humo lentamente.

—Matthew es... mágico— contesto impactada. Realmente es un lugar mágico.

— ¿Mágico? — sonríe de costado— ven, mágica.

Me doy vuelta después de observar atentamente todo el taller girando mi cabeza de lado a lado hacia arriba, los ventanales antiguos, con todo tipo de figuras y pinturas famosas, llenos de colores que reflejan la luz del amanecer sobre sus obras.

Obras de todo tipo, una biblioteca con muchos libros, cajas que tal vez ocultan secretos inmensos y recuerdos, escritorios y mesas con sus herramientas.

—Siéntate conmigo— exclama en tono autoritario.

Me acerco lentamente sin comprender que pretende de la situación. Se ve tan sexy en este horario, o mejor dicho, en todos los horarios es sexy. Su cabello desordenado enloquecería a cualquiera, sus ojos denotan cansancio pero ante mi vista puedo observar sus pupilas dilatadas, brillosas.

Se encuentra con un pantalón y en la parte de arriba completamente desnudo.

Continuaré afirmando que su torso es una escultura perfecta.

—Es una orden. Arriba mío, Úrsula Lee. Vamos a pintar.

Me siento delicadamente sobre sus piernas y él toma uno de los pinceles que se encuentran hacia su costado. Luego toma mi mano colocando el pincel sobre ella.

— ¿Sabes que recién despierta te ves jodidamente hermosa, Lee? — susurra en mi oído con voz ronca.

Oh, carajo. Empezar la mañana de esta forma no se compara con nada.

Si hacer un leve contacto con Matthew me paraliza, imagínense en esta situación.

Él tiene el don de cualquier simple momento convertirlo en una lujuria única.

Pintando tu cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora