Capítulo 5

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— ¿Sabían que los donceles tienen un cuarenta por ciento más de posibilidades de tener gemelos, mellizos y trillizos?

Bakugou ni supo lo que estaba haciendo hasta que lo hizo. Escupió todo su té amargo en la cara de la persona que acababa de dar la noticia, Kaminari.

— ¡Blasty! —grito con preocupación el pelirrojo.

— ¡Ugh, que asco!

El cenizo sintió las palmadas en su espalda, la garganta ardiendo y sus ojos llorosos, dirigió una mirada amenazadora al rubio eléctrico que había empapado con su bebida.

— ¡¿A qué mierda viene ese estúpido comentario, eh?! —exclamo molesto y consternado, sintiéndose estúpidamente expuesto aunque sabía que el idiota delante suyo no tenía idea de su estado.

Mierda, la maldita obstetra tenía razón, necesitaba ayuda psicológica para dejar atrás esa paranoia.

— ¡Lo leí en internet y solo me pareció increíble! —se defendió el de ojos dorados, haciendo un puchero y cruzándose de brazos —Además, Hanta y yo ya hemos estado pensando en tener hijos. Queremos tener muchos para que no se sientan solos y se cuiden entre sí.

Kirishima detuvo las palmadas en su espalda, Ashido dejó de lado su sandwich y Sero rió avergonzado pero abrazo al rubio por la cintura, acercándolo más hacía él para confirmar sus palabras.

—No queremos ser padres a eso de los treinta o cuarenta años —explico el de las cintas —Es mejor ahora que tenemos bastante energía para manejarlo y continuar con nuestro trabajo como héroes.

—Aunque pienso tomarme una licencia de dos años para estar con mí bebé o bebés —sonrió ilusionado el rubio y pasando una servilleta por su cara —Uhg, no le daré al tío Kats el privilegio de cargar a mí retoño por esto.

El Bakusquad como era denominado desde la preparatoria el grupo de amigos se tomó unos segundos más para asimilar la noticia, hasta que Mina chillo llena de emoción y salto a abrazar al rubio mientras que Eijirou sonreía mostrando todos sus dientes afiliados, muy alegre por la noticia.

Katsuki solo pudo verlos desde su asiento, envidiando un poco la tranquilidad de Denki que era un doncel al igual que él al hablar sobre sus futuros hijos. El rubio supo desde joven de su fisiología, ya que tenía parientes que eran también donceles y sus padres le hicieron el examen de sangre doncel el mismo día en que su quirk eléctrico se manifestó, por si había una coincidencia. Por eso, estaba tan calmado respecto a la idea, tenía a Hanta de su lado con quién salía desde hace cinco años para apoyarlo y no sería una sorpresa para él, la espera de un bebé o bebés.

Una parte dentro del cenizo no podía ignorarlo, el sentimiento agrio en su pecho al ver a la pareja tan feliz hablando sobre el bebé que buscaban tener. Pero al mismo tiempo, estaba contento por ellos y llevando una mano a su vientre, pensó que no sería tan malo si su hijo tenía amigos de la misma edad para jugar.

—Espero que ese niño no salga con tus neuronas —bromeo pasando una mano por su boca y limpiando las gotas del té que quedaron —Las del cara plana le serán más útiles.

—Concuerdo con Bakugou —rió la del quirk ácido —Pero sería increíble si tuviera el quirk de Den.

— ¿Un niño con la personalidad y apariencia de Hanta pero con el quirk de Denki? —se imagino el pelirrojo —Sería interesante.

—Ese niño no terminaría con el cerebro frito cada vez que usará su quirk.

El rubio hizo un puchero y el azabache rió, acariciando debajo de la mesa el estómago de su pareja y viendo hacía sus amigos con cariño, agradecido por sus buenos deseos y palabras de apoyo.

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