Capítulo 18

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— ¿Por favor? —repitió Rei — ¿No puedes quedarte? Ya es muy tarde, Bakugou-san, quédese.

— ¡Bakugouuuuuu! ¡Es muy tarde! —alargó la "u" de forma torpe Natsuo — ¡Quédate con nosotros! ¡Podemos echar a Shoto si quieres!

Misaki tenía una expresión de puchero junto con Natsuo y Fuyumi se reía tímidamente de ellos dos, con las mejillas rojas y sin sus lentes puestos. Tensei era el único medio sobrio dentro de la familia, porque hasta la matriarca se tambaleaba un poco y parecía punto de pararse para impedir que su preciado invitado se fuera.

Katsuki miro hacía Shoto que estaba algo aturdido viendo el mismo panorama que él y le dio un leve golpecito en el hombro para llamar su atención.

— ¿Acaso ninguno tolera el alcohol o qué? —busco respuestas para el comportamiento de los adultos presentes.

—Nunca vi a mí madre ebria, Natsuo lo resiste bien así que debió haber tomado bastante y Fuyumi no pasa de dos cervezas —justificó sus claras respuestas el bicolor — ¿Te molestaría mucho quedarte, Katsuki? O mí hermano mayor me echara para hacerte espacio.

El albino asintió a eso como si realmente fuera capaz de hacerlo y el de ojos rojos solo pudo suspirar. Estaba cansado y ahora sí, realmente quería volver a su departamento a dormir, pero Rei le seguía mirando con el petitorio de que pasará la noche en la casa y los demás parecían de acuerdo con ella en esa idea.

No estaba tan seguro si quedarse porque no traía ropa y mañana, ya que tenía el día libre, había pensado levantarse temprano para limpiar y ordenar su departamento.

Una mano tímidamente rozando la suya le hizo sentir un escalofrío y detestar el momento en que se alejo. Tuvo que mirar con reproche al bicolor quien esquivo su mirada —ya que ni sabía porque intento tomar su mano en primer lugar— y luego, molesto, hacía la albina mayor.

—Esta bien, me quedaré —acepto el de ojos rojos —Pero igual echen a Shoto a que duerma en la maldita calle.

— ¡Trato hecho! —sonrió Natsuo — ¡Sho, largo!

— ¡Natsuo, no seas así! —regañó Fuyumi a su hermano — ¡Al menos dale unas mantas!

—Y una almohada —agrego divertida Misaki.

Tanto los jóvenes héroes como Tensei soltaron un suspiro. Habría que lidiar con los adultos embriagados antes de irse a descansar.

 Habría que lidiar con los adultos embriagados antes de irse a descansar

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La ropa de Todoroki olía bien, le quedaba grande y era suavecita. Su habitación era más amplia de lo que imagino —a veces, en sueños extraños, la veía como lo fue su dormitorio en Yuei— e igual de tradicional como esperaba, muy ordenada, con libros que quiso ver y un par de juguetes por el suelo, por causa de un par de niños que conocía.

A modo de buen anfitrión, el bicolor puso dos futones, aunque con uno hubiera estado bien para el cenizo. Ni que la criatura que tenía en su vientre fue hecha por parte de magia, ¿no? Compartir un futon con el padre no le molestaba. Pero, según el de quirk dual, quería que estuviera lo más cómodo posible y no molestarlo mientras descansaba.

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