diez.

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Llegué como pude al hospital; corriendo y buscando a mi madre con la mirada por todos lados, mis pasos se escuchan fuertes sobre la limpia acera de aquél edificio. Los pasillos estaban casi vacíos, solo había una que otra persona esperando y las enfermeras yendo de un lado a otro.

—¡Jeongin!—Escuhé el grito de mi mamá atrás de mi, giré de prisa lastimando un poco mi cuello, pero eso fue lo de menos.  La encontré mirándome preocupada, junto a una señora que ya conocía perfectamente.

—¿Mami? ¿Señora Hwang?—Me acerqué con mis nervios a flor de piel, y primero me atreví a abrazar a la madre de Hyunjin. Ella no dudó en devolverme el gesto de inmediato. —¿Cómo está? ¿Qué pasó?

—Solo sabemos que estaba fuera de su escuela cuando los dolores comenzaron, tuvo suerte de que el conserje aún estaba ahí y lograra verlo. —Asentí antes de mirar a un punto fijo. Me sentía un poco (demasiado) culpable. Yo había hecho que esperara por mi en la salida y jamás llegué a encontrarme con él. Mi cabeza daba vueltas, y mi rostro ardía. —Ahora solo esperamos que salga del quirófano y que todo esté bien.

—Verá que así será, Jinnie es fuerte. —Tomé sus manos entre las mías, dándole un leve apretón en signo de confortación y apoyo. Ella las acarició en respuesta.

—Eso espero, no soportaría perder a otro hombre en mi vida.

Sabía perfectamente que se refería al padre de Hyunjin y a su hijo mayor. Mi corazón se sintió de la peor manera, como si alguien lo estuviera estrujando con poca delicadeza. Ella no merecía pasar por esta pena, aunque Hyunjin haya sido una completa mierda conmigo, para toda madre un hijo es lo mejor del mundo y perderlo dejaría un dolor inmenso que nadie puede sanar.

—No pasará Hana, él estará bien. —Mi mamá habló palmeando la espalda de la señora Hwang, dándole consuelo.

Siguieron charlando mientras yo me desconectaba por completo, seguía sintiéndome culpable. Estaba seguro de que hoy no lograría pegar ni un ojo. Me quedaría aquí toda la noche si fuera necesario, al fin y al cabo yo tenía mucho que ofrecerle a Hyunjin hoy, aunque después sigamos como antes.

Aún no puedo sacarme de la cabeza las palabras de mi madre detrás de la línea.

—¿Qué pasó, madre? Acabo de salir de casa de Hyunjin, le dejé la comida que

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—¿Qué pasó, madre? Acabo de salir de casa de Hyunjin, le dejé la comida que...

—¡No mientas, Jeongin! ¡Deja de mentir!

—¿De qué hablas? Yo...

—¡Hwang Hyunjin está en el hospital! Le dio apendicitis y tienen que operarlo de emergencia.

—Mamá, dime que es una broma. No es divertido.

—Escúchame bien, Jeongin. No sé qué problema hayan tenido tú y mi adorable Jinnie, pero quiero que vengas en este momento al maldito hospital y lo apoyes. Deja de ser un niño infantil, y compórtate como el adulto que ya eres. —pausó— ¡Y sabes que odio las mentiras!

I don't like your face © Hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora