TMES Vol. 2

Capítulo 23: Un adulto del que todos deberían mantenerse alejados

Un fuego crepitaba en la orilla del río, su cálido resplandor apagaba la fría oscuridad de la noche. Mia dejó escapar un suspiro de alivio.

"Está bien, ya no tenemos que preocuparnos por contraer un resfriado".

El Reino de Remno no estaba en el gélido norte, pero tampoco tan al sur como para que sus noches fueran perpetuamente sofocantes. Preocupados por los efectos que una noche fría podría tener en su salud, iniciaron un fuego de inmediato. Bueno, uno de ellos lo había hecho. El otro solo miró.

"Debo decir que no pensé que supieras cómo encender un fuego", dijo Mia. 

"... Bueno, he ido a cazar antes. Aprendí algunas cosas en esos viajes " respondió Sion, sin mirarla a los ojos. En cambio, miró hacia otro lado, sus mejillas brillando rojas a la luz del fuego.

Era difícil culparlo. Todo lo que llevaban estaba empapado y tuvieron que quitárselo para que se secara, dejándolos a ambos sin nada más que ropa interior. Como resultado, Sion, siendo el caballero que era, tenía que tratar constantemente de mantener la mirada fuera de ella. Mia, mientras tanto, apoyó la barbilla en las rodillas y lo observó.

¡Oh mi! ¡Qué adorable reacción!

El tintineo de inocencia en su armadura de competencia le hizo sonreír. No es que ella no se sintiera avergonzada también, por supuesto. Su sensibilidad era igualmente vulnerable a la incomodidad de ser observada por alguien del sexo opuesto mientras usaba nada más que ropa interior mojada. Sin embargo, al final del día, Sion era un niño de doce o trece años, mientras que Mia tenía veinte años por dentro. Veintiuno, en realidad, considerando que había pasado casi un año desde que había saltado en el tiempo.

¡Ella era una adulta! ¡Una dama de madurez y compostura! ¡Quién estaba mirando boquiabierta a un chico ruborizado con una sonrisa espeluznante en su rostro!

Ella era... la clase de adulta de la que todo el mundo debería mantenerse alejado.

"En todo caso, soy yo quien está sorprendido", dijo Sion. "Quiero decir, se que te llaman el Gran Sabio del Imperio, pero nunca esperé que supieras qué hierbas silvestres son comestibles ".

"Oh por favor. Difícilmente es el tipo de cosas de las que uno debe sorprenderse ", dijo con la presumida confianza de alguien que tiene un as en la manga.

Había una razón para su actitud. Mia, realmente, no era una aficionada. Tenía experiencia previa en pasar la noche en un bosque. No fue durante el incidente en el Bosque Sealence; fue hace mucho más tiempo, desde la línea de tiempo anterior. En un intento desesperado por escapar del ejército revolucionario, se internó en un bosque para esconderse, acompañada de una sola doncella de dudosa competencia.

Fueron tiempos difíciles ...

No pudo encontrar agua potable. Ella no tenía comida. Sus guardias habían estado separados de ella durante mucho tiempo, y las bestias salvajes parecían acechar en cada sombra. Además, sus captores estaban cerca, lo que le impedía buscar ayuda.

Su doncella no tardó mucho en huir a uno de los pueblos de los alrededores. "¡Es tu culpa que me hayan arrastrado a este lío!"