VERDAD Y JUSTICIA

CAPÍTULO 5. ARMONÍA

A Kristen le costaba aquel día, el tiempo pasaba muy lentamente y no había nada para entretenerse. Nada de Netflix, nada de libros... Ni siquiera tenía su propio teléfono móvil. Se preguntaba qué hacían esos dos muchachos para matar el tiempo en aquel cerrado lugar. Podría darle fácilmente un ataque de claustrofobia si la muchacha la padeciera realmente. Tal vez no tenían dinero suficiente para pagar algo más decente y, al ser tan jóvenes, no se preocupaban por la limpieza.

De cualquier modo, Kristen necesitaba algo que la distrajera del resto de sus pensamientos, y conversar con los chicos parecía la mejor y única opción. Tenía miedo de quedarse sola con su mente y venirse abajo demasiado rápido.

— Ethan —llamó—. Pensé que vivías solo.

— Así era, hasta hace dos días que vino él —respondió señalando a Aiden.

— Ah, ¿sí? —comentó, y se pudo percibir que aquello no le importaba para nada, pero que necesitaba que Ethan le contara su vida para olvidarse ella de la suya propia.

— Somos familia. Siempre hemos vivido juntos, no sabemos hacerlo separados. Cuando me dijo que venía a Tennessee, por supuesto le ofrecí un hueco en mi casa. Es lo mínimo que puedo hacer después de que aceptara ser mi hermano sin rechistar. Compartía su comida conmigo para que yo tuviera suficiente. Le debo todo.

Ambos se miraron. A Ethan le brillaban los ojos. Tenía el rostro muy serio y nostálgico, se notaba que estaría eternamente agradecido. En ese momento, Kristen sobraba. Aquella mirada que se cruzaron los dos hermanos fue algo más majestuoso y privado de lo que se hubiera podido creer. Parecían compartir tantos secretos y experiencias juntos que a Kristen le pareció una estupidez aquello de que la familia es la sangre. Ella sentía que Max era como la hermana que nunca tuvo, y tampoco compartían ni sangre ni padres. Nada, solamente experiencias. Así que entendía perfectamente al muchacho.

Kristen sonrió con sinceridad, feliz.

— Tenéis mucha suerte —comentó solamente, interrumpiendo la fugaz mirada que habían intercambiado los dos hermanos.

— Sí —siguió Ethan, perdido entre sus recuerdos—. Cuando éramos pequeños...

Y así consiguió Kristen sumergirse en otras historias, otra vida, y no afrontar la suya. No le interesaba aquella anécdota, ni ninguna otra que pudieran contarle, pero disfrutaba de la armonía de sus pensamientos centrados en la familiaridad de sus nuevos amigos.

Cuando Ethan terminó de hablar sobre la primera novia que Aiden tuvo a los 8 años, y cómo él causó la ruptura de la pareja, Kristen decidió preguntar por su madre. No había recibido noticia alguna de ella y ya habían pasado unas pocas horas.

— No me ha leído el mensaje —respondió Ethan—. Supongo que estará ocupada.

— ¿Ocupada? Soy su hija, es mi madre. Déjame llamarla, por favor.

— Creo que te quitó el móvil por algo —comentó Aiden, un poco alejado, mientras Kristen trataba de tomar el dispositivo de Ethan.

— Será mejor que pongamos algo en la televisión. Que para algo la he comprado, supongo —comentó en su lugar Ethan, tratando de dejar en el olvido el tema de la madre.

— Vale, vemos algo en la tele. Pero ¿cuándo vais a dejarme hablar con ella?

— Si en una hora no me ha leído, la llamaré yo mismo —la tranquilizó Ethan en un tono bajo.

Ella asintió satisfecha y se sentó en la sillita frente al televisor. El sillón. El sofá: lo que fuera eso. Mientras, Ethan ya tenía el control remoto en sus manos, y no tardó más de dos segundos en encenderla. Estaba justamente en el canal de las noticias de NEWS-TENNESSEE. De hecho, la reportera se encontraba en una zona que a Kristen le resultaba muy familiar, con un edificio grande tras ella y un bosque a su izquierda. El lugar estaba exactamente igual a como ella lo recordaba, solo que, adornado con vallas y cinta amarilla, como prohibiendo el paso. Kristen, curiosa, leyó el título del noticiero, tratando de comprender lo que estaba viendo: