Labios Compartidos

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Hace ya 7 años que la guerra mágica había terminado, él había sobrevivido de la mordida de Nagimi de milagro, gracias a la terquedad de Potter y sus amigos.

Él había sobrevivido gracias al espantoso Fénix que había escogido a Potter como su nuevo familiar, esto después de la muerte de Albus Dumbledore causada por el mismo en un acto de piedad camuflada por un acto despiadado y traicionero.

Él, Severus Snape, había salido sin cargos y con una orden de Merlín gracias a la compasión de Potter y sus amigos, esos niños lo defendieron en el juicio contra su persona como si fueran a matar a todos los que estaba allí si no hacían o veían las cosas como ellos tres lo hacían.

En cierta medida él estaba agradecido, dejar de fingir alguien que no es, claramente es muy agradable, obviamente no pudo dejar Hogwarts, dejar de ser un maestro de pociones de dicho lugar.

En primera por que el profesor anterior murió unos días después de la derrota de Voldemort gracias a un maldición lanzada en su contra.

Y en segundo por que aún habían Mortifagos en fuga que querían su cabeza en bandeja de plata, obviamente el lugar más seguro que tenía era el castillo y siendo no tan sólo el profesor y jefe de casa de Slytherin, ahora era también el Subdirector adjunto, mano derecha de la directora Minerva Mcgonagall.

Y en segundo por que aún habían Mortifagos en fuga que querían su cabeza en bandeja de plata, obviamente el lugar más seguro que tenía era el castillo y siendo no tan sólo el profesor y jefe de casa de Slytherin, ahora era también el Subdirector a...

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Repentinamente la puerta de su despacho se habría de golpe, el pocionista salió de sus pensamientos y se encontró con una mirada de esmeraldas, era él y Severus no pudo evitar trago saliva, la persona que entró a su oficina era su ex alumno, y no era cualquiera, era el mismo que salvó su vida.

-Profesor Potter- declara el sin ningún sentimiento de sorpresa en su rostro o voz.

El hombre parado en la entrada era ahora mucho más alto que antes, claramente era una cabeza más bajo que él, pero no podía negar que ahora estaba mucho más alto que antes, su contestará física era envidiable su cuerpo era deseado por hombre y mujeres por igual.

Severus sabía claramente que aquel joven era divino en todo desde su fuerte mentón  hasta ese carnosos y redondo trasero que portaba con orgullo debajo de esos pantalones ajustados, Merlín, Morgana e incluso su difunto mentor Albus Dumbledore sabía todo sobre sus momentos de pasión con aquel hombre de ojos verdes.

Harry había cumplido tres años como auror, se le fue otorgado el puesto directamente para él no hubo necesidad de pasar por la Academia o de ser entrenado por un auror mayor experto en el área, Harry fue muy bueno, hasta el mismo ni lo podía negar, pero se decepcionó cuando hace tres años atrás el joven dejó el puesto y se incorporó como docente aquí en Hogwarts.

La puerta se cerró detrás del joven, el cual sacó su varita y hechizo la puerta para que nadie pudiera entrar o espiar, Severus sabía que venía ahora y muy dentro de su ser algo comenzó a saltar de alegría.

-Severus- dijo el joven una vez que lo volvió a mirar directamente a lo ojos.

Harry sabía, sabía como excitarlo con sólo ejercer un tono de su voz en particular, no importaba que palabras soltara, sólo con esa voz ligeramente enrroquesida y muy segura, ya él estaba a sus pies.

Labios Compartidos (Snarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora