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Rose había llegado a la sala que le había asignado Harry. Se encontraba nerviosa. Ella aun seguía molesta.

Se sentía avergonzada por lo ocurrido la anterior vez, cuando él la saco de clases. Ella había caído a sus encantos. Y aunque intentara todo lo posible en ignorarlo Harry siempre encontraba una forma de hacerla enloquecer.

La puerta se abrió y Harry entro con unos papeles en la mano. Quizás esta vez de verdad estudiarían.

—Hola muñeca —dijo y se sentó al lado de Rose.

—Hola —dijo secamente y Harry sonrió.

—¿Por que tan seria cariño? —dijo y acaricio la mejilla de Rose.

—Estudiemos —Rose aclaro y aparto la mano de Harry.

Rose empezó a leer, esta materia no le gustaba. Y estar con Harry no hacia que se concentrara.
De un momento a otro Harry llevo su mano a las piernas de Rose mientras que las acariciaba.

—Harry deténte —ordeno pero Harry hizo caso omiso a su comentario.

—Muñeca, hoy disfrutaras de papi —Harry susurró en su oído y mordió levemente el lóbulo de su oreja . Sus besos bajaron hasta su cuello, y ahi comenzó a lamer y morder levemente.

—Muñeca, no sabes las ganas que tengo de follarte —murmuró lentamente y colocó a Rose encima suyo. —Muñeca quiero que te muevas ¿si? —Rose asintió mientras mordía su labio inferior. Harry la tomo de las caderas y la hizo moverse contra él.

Rose podía sentir el bulto de Harry, nunca había pensado que lo mejor de hoy fue ir con falda. Los movimientos de ambos cada vez eran mas rápidos.

Rose con tan solo escuchar gemir a Harry podría acabar.

—Joder muñeca, debes estar muy apretada. ¿No es asi? —murmuró y sus manos se dirigieron al trasero de Rose apretándolo. De un momento a otro le dio una nalgada y Rose chillo.

Harry tomó a Rose y la dejó sobre una de las mesas.

—Bebé, ¿quieres que lo haga?—Harry le preguntó y Rose asintió. Ni siquiera pensaba las cosas, estaba muy excitada y lo único que quería era que Harry la follara.

Harry sonrió, se acercó a ella y le sacó las bragas. Besó una de sus piernas, y luego hizo lo mismo con la otra. Sus besos se detuvieron y unos de sus dedos se dirigió a su feminidad y comenzó a acariciar lentamente. Su boca se acerco a lamer su entradas pero a los segundos se detuvo.

—Muñeca, ¿quieras que siga? —Preguntó mordiendo su labio. Y Rose asintió. Pero Harry siguió sonriendo. —Pídemelo —anunció.

—Harry, por favor no me hagas esto. —lloriqueó.

—Muñeca, llámame papi. — murmuro y Rose pegó un suspiro.

—Papi, por favor. Te necesito, eres el único que me hace sentir bien. Quiero que me hagas gemir y gritar tu nombre. — susurró avergonzada.

—Muy bien muñeca, así me gusta. — murmuro roncamente y su boca se vuele a dirigir a la feminidad de la chica. Harry empezó besar su clítoris y a morderlo. Se detuvo, lamió uno de sus dedos y los metió dentro de Rose haciéndola gemir. Los movimientos eran lentos y profundos, llenándola. Pero a medida que pasaban los minutos las embestidas eran rápidas, Harry metió otro de sus largos dedos dentro de ella haciendo que esta gimiera aun mas fuerte.

—Oh dios, los haces muy bien papi. —murmuró Rose con los ojos cerrados, disfrutando de los dedos de Harry.

—Mhh bebé, mis dedos hacen maravillas. —río burlonamente y sus movimientos comenzaron a ser rápidos y duros. Haciendo que Rose tuviera  que taparse la boca por sus gritos.

—Oh mierda papi, me voy a correr. —anunció.

—Vamos bebé, córrete para papi. —espetó con la voz ronca.

—Oh mierda. —gritó y se liberó de la presión que sentía. Harry sacó sus dedos y los lamió.

—Dulce —susurró y se mordió su labio —Eres una de las chicas mas dulce que he probado cariño.

Rose tomó sus bragas y se las puso rápidamente, arregló su ropa, su cabello y se sentó junto a Harry.

—Lamento que no pueda arreglar tu problema. —murmuro Rose divertida  al ver el gran bulto que había en los pantalones de Harry.

—Mhh muñeca, si fuera por mi te pondría en la mesa y te follaría.

—Oh. —Rose se quedó sin palabras al imaginar a Harry encima suyo entrando y saliendo de ella mientras cerraba sus ojos y emitía palabras sucias.

—Fue una muy linda clase, ¿no es así muñeca? —río y le dio una palmada al trasero de Rose

—¿Que tienes con mi trasero? —preguntó.

—Me encanta, ademas le debías un castigo a Papi —río y beso sus labios tomándola de la cintura.

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