II

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- Hey Félix, ¿te sucedió algo, estás bien? -dijo mientras dirigía su mirada al cuello de su amigo.

- ¿qué?, claro que sí ¿por qué dices eso? -le respondió algo confundido junto con una pequeña risa.

- Es que tienes un gran moretón en el cuello.

Por un momento sintió el pánico que comenzaba a apoderarse de él, pero trató de calmarse.

- ah...¿en serio? -le contestó con una pequeña risa y un tono de asombro fingidos.

- sí, mira... -Christopher sacó su teléfono de su bolsillo, encendió la cámara de este y lo acercó a su amigo para que pudiera ver.

Felix se vio a través de la camara de su amigo, y efectivamente, se dió cuenta de que tenía una especie de moretón en el lado derecho de su cuello, sabía perfectamente bien que eso no era un moretón, pero no pensaba decir la verdad, así que le dijo una pequeña mentira.

- oh...es verdad, no lo había visto, debí habermelo hecho mientras dormía, es que...dormí con el reloj puesto, seguro fue eso, no te preocupes Chan -le dijo con una brillante sonrisa que logró calmar a su amigo.

- ten más cuidado para la próxima Lix -le contestó en un tono más calmado junto a una ronrisa- vamos a la enfermería antes de que empiecen las clases -lo tomó del brazo para encaminarlo hacia adentro de la escuela.

- no...no es necesario Chan estoy bien, se está haciendo tarde -le decía mientras avanzaba por el agarre de su amigo.

-no te estoy preguntando -le dijo Chan junto a una pequeña risa, y así se fueron.

Christopher, después de dejar a Felix en la enfermería, se marchó, pues era de tercer año y tenía aún más prisa y tareas que los de primero.

Felix había llegado a Corea dos años atrás, debido a que su madre había muerto por una enfermedad terminal, y sus tíos eran la única familia que tenía, así que se hicieron cargo de él ya que aún era menor de edad

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Felix había llegado a Corea dos años atrás, debido a que su madre había muerto por una enfermedad terminal, y sus tíos eran la única familia que tenía, así que se hicieron cargo de él ya que aún era menor de edad.

Estaba cansado de haberse instalado en su nuevo hogar, y bastante triste de haber tenido que dejar atrás todos sus recuerdos de Australia y los momentos que había pasado junto a su madre, sabía que no sería fácil, pero tenía la esperanza de que algo bueno lo esperaría al final de su camino, justo como le decía su madre, así que que tenía que ser fuerte.

Había decidido salir de casa para familiarizarse con su nueva ciudad y despejarse de todo lo que estaba pasando en su cabeza en esos momentos; llegó al parque del centro de Seúl y se sentó en una banca un tanto alejada, habían muchos árboles en el lugar, era más como un pequeño bosque, era bastante tranquilo, el día era soleado, pero cálido, decidió cerrar los ojos y se dispuso a dejar su mente en blanco por un momento, podía sentir como los rayos del sol atravesaban las copas de los árboles y chocaban contra su rostro, el viento era leve y fresco, podía escuchar el canto de algunas aves tanto como algunos gritos y risas lejanas de niños, se sentía tranquilo en ese momento...pero de repente, al escuchar el grito de una fuerte voz diciendo " !Alto¡ " lo asustó, haciendo que se sobresaltase y abriera los ojos, al mirar se encontró con un chico que venía corriendo en su dirección, y este a su vez persiguiendo a un pequeño perro que venía en la misma; instintivamente, se levanto rápido y como pudo tomo al perro con ambas manos obligándole a detenerse.

Can you hear me?『ChanLix』| SUSPENDIDA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora