𝐼𝐼𝐼

60 2 2
                                    

Pov. Zeke:

A ciertas alturas me parecía divertido que desconfiaba de mi y no de un mono de más de 15 metros, no la culpo, al menos conoce las intenciones de un titán, un humano como yo podía hacerle algo mucho peor, y más estando sola, le doy la razón, preferiría que un titán me comiera pero no quería que me viera como una amenaza, necesitaba ganarme su confianza para ganarme su lealtad, y si Reiner no aprovechaba cualquier oportunidad para ganar aliados, yo sí, por lo que solté su mano y dejé que ella me siguiera, así lo hizo, su cara reflejaba una confusión fenomenal, no se esforzaba ni el mínimo para ocultarla, el camino hubiera sido del todo silencioso, pero no parece gustarle el silencio.

-¿A dónde quiere ir?-

-Ya lo verá, solo es cuestión de llegar, incluso esto podría facilitar el trabajo.-

Y era cierto, había encontrado una cueva que daba un acesso discreto a Paradis, era una zona en la que no había titanes, cosa que sería segura para ella, después de todo yo me podría transformar. Pude ver lo impresionada que estuvo al ver la cueva, después de todo tenía unas aguas cristalinas y minerales que a pesar de que no había mucha luz, tenían una luz preciosa gracias a los reflejos de la Luna.

En un abrir y cerrar los ojos vi a la mujer a punto de entrar al agua, antes de que lo hiciera, la detuve, no era que me importara, pero sin duda tenía que tener cuidado con sus heridas, sobre todo porque podía cortarse.

-Veo que tus nervios se calmaron.-

Rápidamente retrocedió y cambió a un semblante algo apenado, después de todo no quería sonar grosero con ella, no era propio de mi.

-Lo lamento, hace años que no veía un lugar tan hermoso y unos aguas tan claras, la última vez, quizá fue cuando era niña, no pude resistirme.-

Cada hora que pasaba con ella, más la conocía, en un solo día supe su historia y anhelos, no conozco sus ambiciones, quizá no las tenga, dejaba que el viento la llevara a donde ella quisiera, lo peor que le pudo hacer pasado fue unirse a nosotros, estar en Paradis debió ser estresante, ahora que lo recuerdo no he sabido nada de eso, en otro acto de sacar esa información y de seguir ganando su confianza, la dejé que cumpliera sus intenciones, aunque no contaba con que se metería con el camisón que llegaba, solo pude sentarme en ese rato a verla, su nado era perfecto, no salpicaba y a pesar de estar en una ropa informal, no dejaba de verse tan sofisticada, lo cristalino del agua y el color de esa agua la hacían ver preciosa, tuve más de una razón para verla con morbosidad, pero simplemente no pude, incluso si su ropa se transparentaba por el agua.

Me gustaba la privacidad que teníamos y que nuestras preocupaciones se desvanecían, era algo que ambos necesitábamos, finalmente terminó de nadar y regresó para sentarse a mi lado, finalmente comenzamos a hablar nuevamente.

-Y dime ¿Cómo estuvo? Te apuesto que ni Marley ni Paradis tienen este tipo de aguas.-

-Es cierto, ni siquiera la ciudad subterránea se compara con esta cueva.-

Iba a preguntar por su estadía ahí pero ella me ganó..

-Te vi en el titán de Pieck, no pude ver bien pero quiero saber ¿Qué hacías en Paradis?-

-Tuve que cerciorarme de que no arruinaran la misión, pero al parecer no hice bien mi trabajo.-

Ella pudo reír un poco, se acercó un poco a mi debido a que aunque no lo demostraba, estaba temblando de frío, en ese momento no lo tuve, por lo que me quité el sacó y lo coloqué en sus hombres, ella agradeció agachando su cabeza y luego me volví a colocar a su lado, a la distancia que ella nos había dejado, no parecía molestarle, al contrario, terminó acercándose más, nuestros cuerpos estaban muy cerca, a excepción de nuestras caras. Me agradaba la sensación de tenerla conmigo.

𝗟𝗼𝗯𝗼𝘁𝗼𝗺𝘆 [Zeke Jeager]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora