Capítulo 8

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Literalmente este cap es "cuando piensas y haces una cosa pero resulta otra".

Gracias por leer y votar. ♡

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Se durmió una noche teniendo apenas trece y ahora despierta con diecisiete, el cabello esponjoso y dos tetas que piden ser cubiertas por el aire helado que las recibe al destaparse. No, la pijama no se le subió mientras dormía, es solo que es así de friolenta. Podría incluso predecir el clima con ellas.

Si Mark no la quiso en primer año la andaría buscando ya por principios de tercero. Un chiste. Y como ella es dura, fría de mente, calculadora y toda la mierda que quieras, obviamente le dijo que sí.

Carajo.

Su primer beso recuerda que fue ya por mitad de segundo grado, ahí encerrada dentro de un armario con un tipo de otra escuela. Sucede que ella se coló a una  fiesta donde no conocía a nadie, aceptando ir por pura insistencia de Annie y Bebe, así sin más. No protestó, no dijo porque estaba mal ir ni nada de eso, le consulto a sus ovarios y ellos dijeron que sí, entonces fue sin nada que perder y mucho por ganar. No le pregunto el nombre, la botella le dijo que sería su hombre esta noche entonces no hubo de otra. Lo tomó, levantándolo por la ropa y la lanzó ahí adentró. Él la besó primero eso sí, porque ya al percatarse de lo que había hecho sin pensar muy bien se acordó que ni un beso había dado en toda su vida. No fue malo, pero tampoco fue bueno. Pensó que sería más irreal y mágico, pero ahora sabe que para eso debe buscarse una persona que cumpla con esas cualidades que para su suerte, no existe. No ahora.

Marjorine tiene muchos pretendientes pero ella no parece tomar en cuenta a ninguno por andar pendiente en enviarle cartitas de amor secretas a un chico de ultimo grado. Le escribe con lápiz rojo encima de un papel rosa y le aplica tanta esencia dulce femenina sea posible, para darle una pista, para que cuando oliera esa fragancia se diera cuanta que se trataba de ella. Pero parece que Trent Boyett ni lee el contenido dentro de las cartas hechas a manos con formas de corazón. Entonces Marjorine es la amiga que debía darse cuenta pero claramente nunca lo hará.

Kylie sigue estando de porrista, y a veces creé que luce igual de antipática que las demás cuando todas van en grupo caminando por la escuela. Ella junto a Red suelen pasearse por el patio trasero agarrada de los brazos, parecido viejas chismosas al hablar y compartiendo noticias que se han sabido del resto. Red siempre es la primera en saber todo. Como por ejemplo que Craig y Tweek ya han sido encontrados haciendo la danza del amor dentro del armario del conserje. Algo que no necesitaba saber pero que ella le contó de todas formas.

—¿Cómo te llamas?—Bebe jugaba coquetamente con un mechón suyo, masticando chicle de fresa y viéndola interesada. Se trataba de una chiquilla nueva, parece. Kylie la vio y lo que más destacó de ella fue su pelo corto y negro, muy bonito al verse tan liso y sin ningún pelito sobresaliente.

Patty Nelson entonces se sentaba con ellas a comer, haciéndose amiga enseguida de Heidi Tuner y la linda Jenny.

—No habla mucho, me agrada.—Concluyó Bárbara ya a una semana de su ingresó al grupo.

—Las que son calladas son las peores.—Retoco su labial, dándose un beso frente el espejo.—¡¿Ya terminaste Kylie?!—Gritó girándose hacia los cubículos.

—¡Ya! Déjame orinar en paz.—La verdad estaba enviándole un texto a Stan. Otra vez estaba metida en medio de una discusión que tuvo con Wendy recientemente, y pensar que creyó que ya habían terminado con esa manía suya.

—¿Tienes papel?—Le preguntó casi al instante.

Bufo y golpeó su cabeza con la puerta, ya estresada, pero ahora que se fijaba no traía papel higiénico consigo.

𝐂𝐨𝐫𝐭𝐞𝐣𝐨 𝐟𝐞𝐦𝐞𝐧𝐢𝐧𝐨|KYMAN|𝐒𝐎𝐔𝐓𝐇 𝐏𝐀𝐑𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora