2. Donde se forja la luz

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Ese mismo día en que Jeon Jungkook se enfrentó a los chicos más grandes de la escuela, todos pensaron que sería golpeado por su grosería hacia los hyungs pero lo que pasó fue completamente diferente.

-¿Porque lo defiendes? Dime una buena razón para no darte una paliza- dijo Bang Chan acercándose lentamente al maknae

-no me dan miedo tus amenazas y no tengo porqué darte ninguna explicacion, solo se que lo que tu haces esta completamente mal, ¡deja de molestarlo a él y a los demás! ¡Y solo haci talvez puedas llamarte hyung!-

-¿Lo golpeamos, Bang Chan?- dijo Felix

Bang Chan sonrió de una manera tranquila y orgullosa mientras miraba al chico -Vamonos Felix, no molestemos al chico, si tantas agallas tuvo para enfrentarme no es solo un cobarde, ¡Puedes quedarte con el cerdito, maknae! Te lo has ganado- dijo dándole la espalda mientras caminaba a su salón seguido de Felix, nadie entendía lo que acababa de pasar pero algo si entendía Jungkook y es que hyung no es cualquiera.

Cuando las clases acabaron y todos comenzaron a salir de la escuela, Jimin sintió como alguien lo tomaba del brazo, volteó con cansancio y se encontró con los ojos del pequeño maknae.

-Hyung...- Jungkook lo soltó y procedió a inclinarse -¡Yo lo siento!, ¡porfabor discúlpeme hyung!-

Jimin estaba sorprendido por el acto del pequeño, le tomó de la mano levantandolo del suelo.

-Gracias por defenderme- sonrio por primera vez ante el chico de pelo negro -Pero porfavor Jungkook no vuelvas a meterte con personas mayores que tu, debes respetar a tus hyungs aún si ellos son unos idiotas, es parte de nuestros valores-

-lo siento, pero solo me disculpo contigo por haber hecho un alboroto pero no por haberlos enfrentado, tu también eres mi hyung así que tu también mereces ese respeto- dijo con firmeza haciendo que Jimin bajara un poco la mirada

-Ellos tienen razón Jungkook soy solo un chico gordo, tienen derecho a burlarse de mí, no soy para nada como ellos-

Jungkook lo toma de las mejillas haciendo que lo mirara -Hyung eres hermoso, ellos no saben lo que dicen, no eres gordo pero si lo fueras yo no veo cual seria el problema, tus mejillas son muy lindas no dejes que otros te hagan creer que no es así, ellos solo te tienen envidia, porque ellos no son tan bonitos como tu-

Jimin sintió como sus mejillas se enrojecian por tales halagos, este pequeño chico lo había puesto tan ruborizado, como podía ser tan directo con sus palabras y seguirlo mirando a los ojos con esa misma confianza.

-Caminemos juntos a casa, ¿te parece Hyung?- dijo con una sonrisa mostrando sus lindos dientes de conejito

-Claro- sonrio dulcemente y ambos emprendieron su camino a casa

-Hyung-

-Si-

-¿Te has ruborizado?-

-¡oh calla, maknae rebelde!-

-¡lo siento hyung!, hyung...-

-Si, jungkook-

-¿podemos ser amigos?-

No hay perdón para los monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora