❄Oliver❄
Solo quería estar tranquilo en mi casa, por eso me fui del colegio. Ya tenía que venir alguien a mi casa y tocarme el timbre, que molestia. No respondo, la insistencia continua entonces me dispongo a pararme y furioso abro mi puerta para encontrarme a Katherine del lado de afuera. Esa muchacha de piel morena, cabello morocho teñido de la mitad hacia abajo en degrades de fucsia a un rojo cereza y unos profundos ojos negros. Es linda, no lo voy a negar, pero es incondicional amiga de la maldita representante insoportable.
- ¿Qué mierda quieres? – pregunto en seco desde el marco de la puerta.
- Tú sabes lo que quiero, Oliver. Esta vez te pasaste, eres asqueroso-. Me dice con una mueca de asco.
-No tengo tiempo para tus estupideces, no creo que sea para tanto el decirle puta del director-. Digo cerrando la puerta.
- ¡no es eso! –. Su grito me detiene.
Algo grave pasó, lo sé porque la conozco. Paso mucho tiempo en el que no hablamos, pero ella nunca gritaba. Algo más tuvo que pasar. Cuando vuelvo a abrir la puerta la veo con los puños cerrados y con lágrimas cayendo a montones de sus ojos.
- ¿Cómo pudiste a atreverte a pasar fotos de ella desnuda? ¿Sabes cómo se siente ella con eso, lo que sufre con su cuerpo? –
-Yo no pasé ninguna foto... -
- ¡Oliver eres un desgraciado! ¡Tu vida no vale nada, mereces mor...! –
- ¡¡CÁLLATE!!- la interrumpo. - ¡Hace dos años no sabes nada de mí! ¡no tienes derecho a reprenderme nada, no me conoces y yo no pasé las fotos! ¡¡DÉJAME EN PAZ!! – termino la conversación con un portazo y me deslizo de espaldas apoyado en la puerta.
Así que divulgaron las fotos de la representante desnuda, se quienes fueron, pero eso no importa. Yo no puedo hacer nada y además no es de mi incumbencia. Si insoportable representante quiere solucionar su problema, que lo resuelva sola. Además, son solo un par de fotos, seguro que pasa una semana y listo. Todo volverá a la normalidad y dejaran de molestarla. No debió sacarse esas fotos si no quería que nadie las viera. Ella es... es una idiota.
❄❄❄
Golpeo la bolsa de boxeo y cuando se balancea hacia mí la esquivo y la golpeo con un gancho. Qué raro, entrenar usualmente me relaja, pero no esta vez. Algo pasa, siento algo dentro de mí desde hoy. Mi entrenador ni siquiera me presta atención, dice que soy un estúpido que nunca le hace caso, que solo sirvo para beber y fumar. Idiota, que sabrá. Es él quien está reteniendo mi potencial.
Me acerco a mi "entrenador" y le señalo el ring, otra pelea. Dos minutos, dos minutos pasaron desde que entramos para obtener mi decima derrota contra él. Desearía seguir entrenando, pero no puedo, me sacaron del gimnasio hasta mañana. Supongo que iré a un bar.
Una vez allí me encuentro con mis amigos, la noche transcurre tranquilamente. Mis amigos se emborrachan conmigo, besan a alguna que otra chica, charlamos y reímos. Todo iba bien hasta que Charlie toca el tema de la representante.
-Eh. ¿Vieron las fotos de Alice? Tiene un cuerpo de actriz porno ¿no Oliver? – me pregunta Mike con una cara lasciva.
-Sí-. Respondo en seco. Vuelvo a tener ese sentimiento en mi pecho.
Qué asco ojalá no sintiera esto que me está reprimiendo. Me levanto de la mesa y me voy, mis amigos están tan borrachos que no se dan ni cuenta. Voy caminando por la calle y observo a la gente. Parejas, familias, amigos, todos están unidos. Veo hasta indigentes, pero hasta ellos están felices y acompañados por alguien, mascotas o algún otro indigente. Eso me hace sentir infeliz, me hace sentir un vacío dentro de mí. Después de todo, yo no tengo a nadie... alejé a todos.
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Mi vida contigo
RomansaUn boxeador fracasado y una estudiante de bellas artes se conocen en la universidad y comienzan a odiarse en muy poco tiempo. Luego de dos años descubrirán secretos del otro que harán cambiar su forma de ver al otro