Levi después de la expedición

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Habían vuelto de una expedición bastante peligrosa, habían perdido a varios soldados pero tu escuadrón de ahora 5 integrantes seguía completo, estaban de regreso en las murallas y tu ibas en una carreta tratando de frenar el sangrado de 2 soldados.

Liam y los miembros de tu escuadrón estaban ayudando a los heridos, le habías enseñado varias cosas respecto a las heridas y primeros auxilios, fue así hasta que escuchaste como un hombre comenzaba a gritar a los 4 vientos que nosotros éramos unos incompetentes.

- SI ELLOS NO SALIERAN NUESTROS AMIGOS, HIJOS, HERMANOS Y CONOCIDOS NO ESTARÍAN MUERTOS - no pudiste aguantar más los gritos de aquel hombre y después de haber logrado frenar el sangrado te pusiste de pie en la carreta.

- SI TAN FÁCIL LE PARECE JUZGARNOS ¿POR QUÉ NO SE ENLISTA Y SALE CON NOSOTROS? - incluyendo a los miembros de la legión estaban todos sorprendidos.

- NO SOY UN SUICIDA COMO USTEDES - tenías tus manos ensangrentadas pero eso no te impidió darle una bofetada.

- Puede que para ustedes seamos suicidas, pero que fue decisión de sus conocidos el haberse enlistado, créanme que allá afuera es un maldito infierno pero nos esforzamos por mantener vivos a los más posibles.

- MALDITA LOCA - una patada por parte del capitán Levi le fue dada a aquel hombre.

- Si tan fácil les parece juzgar salgan ustedes mismo a matar a los titanes - dijo para luego mirarme - Si ya terminaste con esos soldados puedes ir a ayudar a los demás.

Me apresuré a revisar el estado de los soldados que estaba cuidando solo para corroborar que estaban estables y las hemorragias habían parado temporalmente.

Habíamos avanzado un poco de camino cuando una señora de entre 60 y 70 años se cruzó en el camino, podía notar la desesperación y el dolor en su mirada y su voz, buscaba a alguno de los soldados y junto a ellas 2 niños pequeños aparecieron.

- POR FAVOR, ¿MI HIJO ESTÁ BIEN? - se notaba desesperada.

- Señora por favor apártese - uno de los soldados que iba frente a mi carreta trataba de alejarla.

- Señor... Mi papá se llama Scott Lumbert por favor... - bajé de la carreta y me acerqué a los pequeños.

- ¿Pueden decirme cómo es su papá? - la mirada de la señora y de los menores se iluminó un poco.

- Es alto, tiene cabello castaño y sus ojos son azules - dijo el menor de los niños.

- Tiene una cicatriz en su hombro izquierdo - concluyó la señora.

De inmediato un recuerdo me llegó a la mente y tomé de la mano a los 2 pequeños, los llevé hasta la carreta donde yo estaba ayudando, y ahí estaba el hombre herido junto a otros 3 soldados casi inconscientes.

La señora también se acercó solo para estallar en llanto al ver a su hijo vivo, comprendía esa sensación y me alegraba haber podido ayudar, en eso los 2 pequeños comenzaron a llorar y trataron de acercarse a su padre.

- De momento no pueden acercarse, pero les prometo que haré lo posible para que regrese a casa - bajé a los pequeños de la carreta y emprendimos rumbo a un pequeño hospital.


Habíamos vuelto a la base de la legión, algunos habían tenido varias pérdidas y estaban muy mal emocionalmente, sabía que las pérdidas afectaban demasiado por lo que me ofrecí a preparar yo la cena de aquel día.

Estaba preparando una sopa de champiñones que no por nada te quedaba muy buena, sabías que los recursos de la legión eran limitados por lo que con tus ahorros compraste lo suficiente para preparar el platillo.

Llamaste a todos a comer y serviste la comida, todos se sorprendieron al ver el plato que les habías servido y algunas miradas fueron directamente de odio, al momento de entregar el plato al comandante este te detuvo.

- ¿Cuántos fondos de la legión gastaste para esto? - sonreí y me alejé un poco.

- Se que muchos están pensando en la cantidad de fondos que se gastaron para comprar la comida, pero para alejar esas dudas solo les informo que la comida de esta noche la invito yo - los rostros de todos eran de sorpresa.

Me senté a comer de inmediato y después de mis palabras varios soldados probaron la comida, la verdad es que me había costado mucho comprar lo suficiente para que todos comieran y suponías que debido a aquello pensaban que habías usado los fondos de la legión.

Todos comieron gustosos incluyendo a Levi y al terminar de comer los habías enviado a todos a descansar, tú te encargarías de lavar todos los platos, sabías lo agotados mental y físicamente que se encontraban todos, y ya que estabas algo acostumbrada a ver tanta muerte pensaste que sería lo mejor para todos.

Ya algo entrada la noche preparaste algo de té para relajarte un poco, llevabas una taza de té hasta tu habitación cuando viste que la oficina del capitán Levi seguía con la luz encendida, golpeaste la puerta y este te indicó que pasaras.

- Lamento las molestias capitán, pero creo que debería dormir un poco - este dejó a un lado los papeles en los que trabajaba.

- Tsk, mejor deje de meterse en asuntos que no le incumben y retírese - suspiré y me acerqué hasta su escritorio.

- Bien, me iré pero le dejo esto - dejé con cuidado la taza sobre el ordenado escritorio.

- ¿Y qué se supone que es?.

- Té... Me ayuda a calmarme y concentrarme en lo que hago, espero que termine pronto y pueda descansar - dije acercándome a la puerta.

- Espere... - voltee en su dirección - Gracias por el té.

- No fue nada, si gusta puedo prepararle más cuando usted me lo pida - dije saliendo con una sonrisa.

No solía ver descansar mucho al capitán pero si algo había notado era su enorme gusto por el té, había sido casualidad encontrarlo despierto y más aún llevar té conmigo, después de todo no había sido tan malo aquel día.

Levi y tu - Escenarios - SNK - AOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora