Si te ve triste

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Últimamente las misiones eran más riesgosas, incluso a ti te costaba mantener la esperanza, al tener un puesto cercano a capitana te encargaban a más soldados, tenías miedo de perder a muchas personas, era parte del riesgo que corrían al salir.

En la última expedición perdiste a 10 de los soldados más valientes que conocías, al llegar a un punto de reunión te percataste que habían muchos menos soldados que los de costumbre, tu equipo era el que más miembros mantenía.

Al parar para atender a tu caballo unas cuantas lágrimas cayeron, alertaron a tu compañero de aventuras y este solo te acercó a él con su cabeza, entendiste sus intenciones así que lo abrazaste fuertemente.

Los soldados que estaban bajo tu mando se percataron de la situación y rápidamente se acercaron, a diferencia del equipo de Levi, ustedes se trataban como familia o amigos, por eso dolían tanto sus pérdidas.

- Capitana Matsuri... - dijo uno de los chicos.

- Tranquilos estoy bien - forzaste una sonrisa.

- No, no lo está, ninguna de esas muertes fue culpa suya... - exclamó otro.

- Tienen razón... Te arriesgas demasiado por mantener a todos sanos y salvos... Es imposible que puedas mantener a todos vivos. - Liam se había acercado a abrazarte.

- Capitana... Nosotros seguimos vivos gracias a usted y nuestros compañeros... Usted lo dijo una vez... - sus palabras daban pie a una frase que no reconocía en aquel momento.

- LOS QUE SEGUIMOS VIVOS DEBEMOS LUCHAR POR LOS QUE CAYERON - exclamó todo tu equipo.

Inclusive los demás soldados voltearon a ver atónitos las inesperadas sonrisas que mantenían en tu equipo, la sonrisa antes falsa se volvió una real, te alegraba tenerlos para apoyarte incondicionalmente.

Emprendieron la ruta de regreso, pero antes de irse Levi se acercó a ti, no entendías bien el motivo pero no te disgustaba, habían acordado mantenerse algo distantes durante el tiempo que estuvieran en público.

- Mocosa... Regresa esa sonrisa a tu rostro, es más bonita que la de los titanes - una risita salió de ti.

Cada quien llevaría a su equipo, al ser ustedes los más numerosos, se encargarían de llevar las carretas con los cuerpos y heridos, de igual forma mandaste a tu escuadrón a ayudar a los flancos protectores.

Te quedarías junto a 15 o 20 soldados que estaban bajo tu mando, el resto partiría a ayudar y seguir las instrucciones de Erwin, confiabas plenamente en él y sus dotes de liderazgo, al igual que en tus soldados y el entrenamiento que les dabas.

Regresaron a las murallas, aunque no todos apoyaban a la legión aún habían algunas personas que te pedían traer a los soldados vivos, no sabías como les dirías a esas personas que sus seres queridos murieron.

Entraron y las miradas de todos pasaron de ser alegres a unas tristes y de sorpresa, una señora no esperó a nada y se interpuso en tu camino, frenó a tu caballo y trató de ver si habían carretas con más soldados heridos o por lo menos cuerpos.

- ¡¿DÓNDE ESTÁ MI HIJO?! - dijo casi tirándote del caballo.

- Lamento su pérdida... - le diste a tu caballo la señal de avanzar.

- ESO NO PUEDE SER - tiró fuertemente de tu capa, logrando tirarte del caballo - MI HIJO ESTARÍA BIEN SI PERTENECÍA A SU EQUIPO.

- Y-YO EN VERDAD LAMENTO NO HABER PODIDO SALVAR A SU HIJO - las lágrimas amenazaban con salir.

La señora continuaba gritándote mientras tratabas de irte en tu caballo, no podías seguir escuchando los gritos en tu contra, varias personas te echaban la culpa por no salvar a todos los soldados de tu equipo.

Inclusive un hombre trató de golpearte por no llevar a su hija de regreso, al percatarse de esto Levi se interpuso con su caballo, la mirada asesina del capitán había dejado helados a todos los civiles.

Regresaron a la base de la legión y a diferencia de otras veces fuiste hasta tu habitación sin siquiera pasar por la cocina, te encerraste en el baño esperando poder calmarte un poco con una ducha.

Lamentablemente no fue así y después de vestirte te recostaste en tu cama mirando al techo, aquellos recuerdos buenos que pasaste junto a los soldados te carcomían desde dentro, no estabas acostumbrada a sentirte mal por unas pocas pérdidas.

Unos suaves golpes en la puerta te sacaron de tu transe, miraste hacia la puerta e indicaste que quien sea que estuviera del otro lado podía pasar, no tenías ánimo para llenar informes, así que rogaste no fuera Erwin.

- Mocosa... - tus ojos se encontraron con los de Levi.

- Estoy bien Levi... - te sentaste en tu cama.

- Solo calla y toma esto... - te extendió una taza de té.

- Gracias... - comenzaste a beber tu té.

Al poco tiempo algunas lágrimas salieron de tus ojos, Levi retiró la taza de tus manos y la dejó en una mesita junto a tu cama, odiabas que te vieran llorar, solamente 3 personas te habían visto así de frágil.

Sabías que Levi no era muy bueno reconfortando a nadie, incluso consigo mismo le era muy difícil, normalmente esa tarea era tuya, con tus sonrisas alegrabas a los soldados tristes pero cuando eras tú la que se encontraba mal, todo era diferente.

Un fuerte abrazo de su parte fue lo que recibiste, en aquel momento fue imposible contenerte y estallaste en llanto, ambos sabían que estaba bien llorar pero de igual manera no demostraban sus sentimientos de tristeza.

Acarició tu cabello sin aflojar su abrazo, le dolía verte triste, pasaron así algunas horas, dejaste de llorar y eso lo tranquilizó de alguna manera, algunos suspiros y temblores salían de ti, pero eso no te importaba en lo más mínimo.

- P-Perdona por mojar tu camisa - te disculpaste rápidamente mientras cubrías tu rostro con tus manos.

- No te disculpes... No me molesta, pero debería cambiarme - antes de que él se levantara sacaste una camisa perfectamente doblada de tu cajón.

- La dejaste aquí el otro día... - dijiste para luego ir al baño.

Al salir de allí Levi sujetó fuertemente tu mano, antes de salir ambos de la habitación besó tu frente, no solía ser él quien tomara la iniciativa respecto a muestras de afecto, un enorme sonrojo se hizo visible en tu rostro.

- Ahora vamos a ir a la cocina y tendrás que preparar la cena de hoy - sonreíste un poco y al verte él también lo hizo.

Aunque no lo admitiera él también se sentía mal por todo lo sucedido, pero al verte tan triste solo pensó en ayudarte, ambos irían a la cocina ya que, si bien el no lo decía, amaba tu comida y la necesitaba para poder alegrarse un poco.

Total... Ambos dormirían en su oficina, así ninguno estaría solo y se podrían reconfortar mutuamente.

Levi y tu - Escenarios - SNK - AOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora