—¿Abuela?—sonrío y Mason me mira enternecido al oírme hablar en español
—¡Cariño mío!
—En cuanto he leído tu mensaje, he corrido a llamarte.
—¿Cómo que sales con un chico tan guapo?—me río y miro a Mason.—Porque es tu novio, ¿no?
—Es mi novio, sí. Se llama Mason.
—Anda, que has tardado muchísimo en decírmelo. ¿Eh?
—Lo sé, lo sé abuela. Perdóname, Londres me trae loca y de verdad, quisiera tener un poco más de tiempo.
—Que digo yo, ¿tanto trabajo tienes que no puedes venir a España unos días?
—Te prometo que iré pronto, ¿te parece la semana que viene? Por ti hago un huequito.
—¿En serio? Ay... Mi niña, te espero aquí con los brazos abiertos.
—¿Papá y...
—No pienses en ellos, amorcito. Lo importante es que me tienes a mí aquí. Y yo voy a recibirte siempre que quieras. ¡Oye! Quiero hablar con Mason. ¿Sabes? Me recordáis a...
—El abuelo y tú... Aprendiste inglés por él. Se notaba lo mucho que le querías y le quieres abuela. Estará muy orgulloso de la mujer que eres. ¡Bueno! No nos pongamos tristes. ¡Te pongo a Mason!—dejo el español a un lado y le hablo ya a Mason—Cielo, mi abuela quiere hablar contigo.
—¿Conmigo?—dice sorprendido—Además yo no sé hablar español.
—¡Claro, bobo! Eres mi novio. Y no te preocupes, ella sabe inglés.
Pone el manos libres.
—¡Hola, señora!
—Ohhh, Mason, cuánto me alegro de hablar contigo. ¿Qué tal, hijo?
—Muy bien, ¿y usted?
—¿Abuela, quieres vernos?—pregunto curiosa.
—¡Claro! ¿Cómo se hace eso de vernos por la pantalla?
—Cuelgo un momentito y te llamo yo por videollamada, acéptala como si fuera una llamada normal, ¿sí?—colgamos y la llamo de nuevo pero por videollamada, apoyando el móvil sobre la mesa y posicionándonos bien para que nos pueda ver.—¿Y bien?
—¡Ooooooy, ooooyyyy, ooooooy! ¡Pero qué guaaapo eres hijo mío! ¡No me extraña que estés con mi niña preciosa!—dice en español. Mason se ríe y yo le miro.
—¿La has entendido?
—No, pero su reacción me ha dado gracia.
—Dice que eres muy guapo.—miro a mi abuela por la pantalla—Abuela, Mason no te ha entendido.—Tras un rato más hablando, parece que la conversación se torna algo más seria y personal entre Mason y mi abuela.
—No sé la historia completa, Teresa. Pero le puedo asegurar que Dai, es una de las mujeres más fuertes que he conocido en mi vida. Lo que me ha contado me ha servido para sentir su dolor, y quiero cuidarla, quiero hacerla sentir querida y ayudarla a que se quiera. Nada me haría más feliz que eso. Que verla feliz y hacerla feliz cada día de mi vida. Y sé que quizás es pronto para...
—Shhhh... Ni lo digas, hijo. Su abuelo y yo nos casamos demasiado pronto, pero aún así tuve el honor de ver su último suspiro. Fui su compañera de vida sin importar el tiempo que tardamos en dar determinados pasos. Eso nunca es un inconveniente para amar sin límites.—Mason asiente y me mira. Se queda unos segundos mirándome y sonríe para devolver la mirada al móvil. Yo le miro como una idiota, y sonrío.
