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Hyunsuk arrojó al suelo la milésima camisa que se probaba. Según el castaño, su armario estaba lleno de ropa para nada atrayente, mucho menos digna de la última noche de JiHoon. El mayor anhelaba verse lindo pero a la vez sexy.

Aquellas miradas que se habían dado entre ambos, fueron como una señal para el castaño. Le habían dado esperanza. El Jihoon de sus sueños ya no importaba, la vida que ambos habían compartido ahora era irrelevante porque no eran sus vidas. Estas eran sus vidas y Suk necesitaba tomarlas de las riendas para tener garantía de que Na se quedaría.

Después de darle bastantes vueltas al asunto, Hyunsul se decidió por unos pantalones de cuero negros, una camisa blanca y un suéter azul marino.

Su cuerpo se removió en el vehículo durante el trayecto hacia el hospital. La noche se sentía diferente, emocionante pero a la vez nostálgica por lo que vendría en el futuro. El viaje parecía ser eterno, y después de unos minutos, el castaño se encontró parado frente al edificio.

"No estés nervioso", repitió aquel mantra un par de veces antes de entrar y dirigirse a la sala donde estarían ya acomodadas las cosas para la despedida de Jihoon.

Globos y serpentinas decoraban el lobby, Minji hablando con dos chicos uniformados acerca de cuál era el mejor lugar para colocar el pastel.

-Hola doctora Kim ¿Dónde está Doyoung?- preguntó Hyunsuk, revisando su celular para revisar la hora- ¿No sé suponía que la celebración empezaría a las ocho?-

- Young está con hoon en una consulta, cosas de rutina. Esta cuidando que no llegue antes de lo acordado-. Respondió la doctora Kim.

- ¿Necesita ayuda?- preguntó Hyunsuk.

- No cariño, pero gracias de todos modos-

- De acuerdo- Hyunsuk echó un vistazo alrededor. Las mesas estaban acomodadas en una línea, cada una con diferentes tipos de snacks y un bar también; por supuesto, disponible con bebidas 0% alcohólicas.

Tratando de alejar el nerviosismo de su cuerpo, el castaño caminó hacia la puerta doble que daba hacia el jardín trasero. El aire frío golpeó su cara, a la vista cada uno de los arbustos bellamente decorados con luces y adornos que daban una atractiva imagen.

Hyunsuk fue en dirección a una de las bancas ubicadas junto a un árbol para descansar y darse animos. Pero antes de saber lo que estaba haciendo, cerró los ojos y comenzó a cantar ciertas partes de Everglow. Sus labios temblaban con cada estribillo, recordando aquella vez en que había cantado la melodía para Jihoon.

Diversas emociones revolvieron su estómago, cada palabra, cada frase le llenaron de forma diferente, y bastante pronto, cayó en cuenta de que la última oración se escapaba de sus labios. El castaño dió unas cuantas respiraciones profundas, sus ojos un poco acuosos y sus manos apretando las mangas de su suéter.

-Everglow. Mi favorita-.

Hyunsuk se inclino con rapidez, viendo a Jihoon recargado en el árbol que estaba junto a el. Todo en Park se veía diferente. Su cabello estaba lacio y peinado en un estilo elegante, usaba un traje negro casual y sus manos estaban desnudas, sin rastro de las vendas que siempre las cubrían. Se veía muy guapo.

- Vaya, miren quien ya no tiene esas vendas molestas- Poniéndose de pie, Hyunsuk camino en dirección a Jihoon. El azabache solo sonrió y asintió con la cabeza.- Y te pusiste bonito—.

- Usted también, joven Choi- La voz de Jihoon fue delicada y suave. Estiró una mano en dirección al más bajo y la coloco sobre el hombro de este, cercana al cuello. - Me gustan tus pantalones-.

Everglow / SUKHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora