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Dos semanas habían pasado bajo una rutina simple y peculiar. Aquella donde cada mañana HyunSuk llevaba el desayuno a JiHoon, discutían por cosas triviales y de vez en cuando, recibía uno que otro cumplido.

Algunas veces HyunSuk veía a JiHoon merodeando por los jardines o jugando cartas con SooJin, una paciente del edificio B.

Con DoYoung había establecido una amistad bastante sólida. Durante los descansos compartían pequeñas anécdotas de la vida de cada uno.

Por ejemplo, que DoYoung había pasado una audición super estricta en una empresa de entretenimiento, pero decidió rechazarla porque no era lo suyo. O cuando la voz de HyunSuk se había desafinado en una presentación escolar.

Por las tardes tomaba clases virtuales de cocina, dedicando su tiempo libre a hornear y cocinar recetas que llamaban su atención. El castaño sabía que no era bueno en la materia, pero con la práctica y paciencia, todo al final tenía un buen resultado.

— ¿Dónde están todos?— preguntó el pecoso a MinJi, quién estaba revolviendo y leyendo unos papeles. El hospital estaba más quieto y tranquilo de lo normal.

— Oh, HyunSuk. Me alegro que estés aquí— dejo a un lado el manojo de papeles y pidió a HyunSuk que le siguiera.— Olvide decirte que hoy era día de excursión. Eres bienvenido a acompañarnos—.

Salieron del edifico en dirección al estacionamiento, un pequeño autobús estaba estacionado en la cuneta, esperando.

— Cada cierto tiempo tratamos de sacar a los pacientes a centros recreativos o de entretenimiento. Esta vez toca el museo—.

MinJi en varias ocasiones había visitado a HyunSuk cuando acompañaba a DoYoung. La doctora Kim y su hijo le habían adoptado bajo su ala de alguna manera.

— ¿A que museo iremos?— preguntó emocionado mientras ambos subían al transporte. La mirada de HyunSuk buscó a JiHoon y logró ubicarlo. Estaba sentado hasta atrás, mirando por la ventana.

— Antropología, cariño —. El motor rugió y MinJi dio una palmada en la espalda del chico.— Oh, parece que el único asiento disponible es junto a Hwang. Vamos, ve a sentarte—.

HyunSuk asintió y se movió por el estrecho pasillo hasta la última fila. JiHoon aún no le había visto y no estaba seguro si fuera a gustarle estar junto al castaño sin ser capaz de alejarse. Vacilando, tomó el lugar y vió a JiHoon girarse, una mirada de sorpresa en su rostro.

— Era el único que quedaba— murmuró él castaño a manera de explicación. El pelinegro no respondió y en cambio, se giró para mirar por la ventana. — ¿Cómo estás hoy?.

— He tenido días peores— contestó JiHoon sin voltear la mirada.

— Al menos saldrás al exterior. Ya sabes, aire fresco y en primavera. Los cerezos han florecido ya.

— Mmm— El pelinegro asintió con la cabeza. Pasó una mano por el cabello lacio y revuelto. Su camisa se apretó contra su cuerpo, marcando los músculos debajo de la tela. El rojo se propagó por la cara de HyunSuk, bajando la mirada y comenzando a jugar con sus dedos.

— Entonces ¿Qué tipo de cosas te gusta dibujar y pintar?— pregunto el castaño con voz animada. Nunca le había preguntado a JiHoon acerca de su arte, excepto aquella vez donde le pidió ver lo que había dibujado después de conocerse.

— De todo un poco. Pero últimamente he estado en esto del impresionismo y renacimiento.

HyunSuk sonrió.

— Me gusta eso.

JiHoon no dijo nada y cruzó los brazos. El mayor miró en su dirección.

Con su cabello lacio y el ceño fruncido, lucía tan diferente al JiHoon de los sueños del castaño. La luz de la ventana se reflejaba en los ojos cafés, la piel lucía suave. De repente Hwang giró la cabeza y pilló a Choi mirándole.

Everglow / SUKHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora