Everglow / SUKHOON

Epílogo

Goteo, goteo, goteo.

El pánico se apoderó de la garganta de Hyunsuk mientras escuchaba al lavabo gotear cada vez más fuerte.

"No, no es posible"

Estaba acostado de lado, sus brazos y piernas ocupan todo el lado derecho de la cama. Y un terrible dejá vu le paralizo.

Goteo, goteo, goteo.

¿Dónde estaba Jihoon?

Goteo, goteo.

Las sábanas se sentían desconocidas, la cama no parecía ser la de ellos.

Goteo, goteo, goteo.

Hyunsuk apretó los ojos, poniéndose boca arriba mientras con una de sus manos buscaba el calor con su mano, pero todo estaba frío.

"¿Acaso imaginé todo?"

La luz tenue entraba por la ventana, tal vez era temprano en la mañana.

Goteo, goteo, goteo.

Su cuerpo se congeló, sus nervios estaban al tope. Toda aquella situación le parecía familiar. Posiblemente podría ser todo producto de su imaginación.

Goteo...

—¡Jihoon!— Completamente asustado, Hyunsuk gritó mientras se hacía bolita en la cama.

"Que solo sea una pesadilla, es solo una pesadilla" rogó en su interior una y otra vez.

— Hyunsuk— Jihoon llegó apresurado a la habitación, envolviendo por la espalda al más bajo, dejando que su voz inundará de alivio al castaño. Y entonces todo llegó a Hyunsuk, su primera noche en una casa nueva con cosas rodeándole totalmente nuevas. — Tranquilo Suk, fue solo un mal sueño— Jihoon se metió de nuevo a la cama, envolviendo con sus brazos el cuerpo del chino y colocando gentilmente sus manos sobre el vientre de este.

La respiración de Choi se calmo mientras las pequeñas lágrimas dejaban de salir.

— Yo.. estaba asustado. Creí que tú, que no...—

— Shh, tranquilo Suk, estoy aquí. Siempre estaré aquí—.

El pecho del más alto contra su espalda, las manos del mayor junto a las de Park, protegiendo el pequeño bulto de cuatro meses que albergaba su feliz y enorme futuro.

El más bajo sonrió y se acurruco más cerca de Jihoon, sintiendo su cuerpo relajarse a causa del sueño. Era de mañana, pero no tenían nada que hacer hasta las once de la mañana. Aquel día irían a visitar a Doyoung y Yedam para ir a ver a la pequeña Yeeun.

Rara vez Hyunsuk tenía pesadillas, pero esa mañana consideraba, era una de las más horribles que hubiese tenido alguna vez. Jihoon siempre estaba a su lado, envolviendole en su calor y recordándole que siempre estaría ahí para él.

— Te amo— susurró el castaño, pensando que Jihoon había vuelto a dormir. Pero sintió al menor removerse y acercarle más a su cuerpo.

— Yo también te amo, mi Sukkie. A ti y a nuestro pequeño pedacito de felicidad—.