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Un lindo chico con mirada particular caminaba por las calles sin un rumbo fijo, sus pequeñas manos vagaban por las paredes de diferentes casas y sus pequeños ojitos dibagaban por los diferentes sitios que no podia ver.

—Veamos... —se detuvo en un leve suspiro — La señora Jung jamas me querria en su cafeteria... — lo medito por un segundo — El señor Lee... el... tampoco — descarto la idea.

¿Quien dijo que conseguir trabajo sería fácil?, Definitivamente no es nada fácil, y ahora nuestro Jimin lo sabe bien.

Siguio caminando por las desoladas calles, siempre con cuidado, desde su ultimo "accidente" que tuvo hace un par de dias, se prometio a si mismo cuidarse mejor. Su cabeza comenzó a explorar entre todas las opciones que tenía, había varios empleos que podría tartar de realizar, pero la inseguridad que llevaba por dentro lo atormentaba de a poco. ¿Y si cometé algún error? ¿Que tal si lo denuncian por algo mal que hizo?, Son cientas de cosas que podrían pasar y echar a perder todo.

A lo lejos pudo sentir un agradable aroma que lo hizo distraer de todo, Rosas, el hermoso olor de las rosas invadió su olfato, llamándolo e invitándolo a ir hacia dicho lugar donde de seguro se encontrará con un inmensidad de estas; no recuerda la última vez que pudo sentir una rosa, tan delicada y suave, pero a la vez, tan espinosa y ruda, la combinación perfecta, según JiMin, sus pies se movieron por si solos, anhelando llegar hacia donde deparan las rosas, poco a poco dejo de pensar en.... ¿Trabajo?, Si eso, pero ahora lo más importante es la dichosa flor que su olfato captaba.

Guiado por su nariz, siguió caminando, así hasta llegar a una, no tan grande, tienda de flores que obviamente no pudo ver, al estar en el lugar olió más flores, variedades de estas, margaritas, jazmines, tulipanes, claveles y por supuesto rosas.

— Bienvenido a Namu, en que lo puedo ayudar — una voz se infiltró por su oído, llamando su atención completamente y dejando de lado las flores.

— Oh, no, disculpe pero yo solo estoy viend- oliendo las flores — respondió confundido.

— Todos viene a oler las flores — comento con un poco de gracia — hay alguna flor que desea llevar - pregunto curioso, después de todo ese era su trabajo.

— ¿Llevar? — el peligris estaba mucho más confundido ahora.

— Si, llevar, comprar, vender, eso se hace aquí, en nuestra florería — respondió con una sonrisa amigable, como todo vendedor.

— No, yo no quiero comprar nada, disculpe — ahora lo comprendía todo, se trataba de una florería, debió imaginarlo.

— Bueno, no hay problema, puede quedarse un momento aquí si es que desea solamente oler las flores, en caso quiera cambiar de parecer con gusto me puede avisar —

— Si, gracias, fue un gusto conoc- —

— ¡TaeHyung! — Llamaron desde el fondo, interrumpiendo la charla entre el rubio y el peligris.

— ¡Voy! — contesto al llamado — igualmente fue un gusto, ahora me tengo que ir — Dió una pequeña revenrencia al más bajo quien se encontraba supuestamente mirando la flores, parecía un chico humilde, así que no se preocupo en dejar la tienda.

— Que sucede NamJoon — pregunto el rubio llegando al despacho de la florería.

— Los lirios que ordene aún no an llegado, ¿Se puede saber por qué? — dijo tratando de mantener la clama, esos lirios eran para una boda importante, habría una buena paga si los entregaba tal y como se los habían ordenado los novios.

— De eso se encargaba YoonGi, a mi ni me mire — se justifico TaeHyung, y es que si era verdad, según habían acordado, la boda era responsabilidad de su hermano.

Solo escúchame [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora