La Princesa de Fuego y La Guerrera Kyoshi

1. DESPERTAR

¿Cómo es que llegué aqui?... ¿donde estoy?... yo... el agni kai... Zuzu... el estaba con la maestra agua... y yo estaba con... ella quería llegar a mi... ¿por que lo hizo?... conocía mi plan... yo debía morir... ¿donde está?... necesito saber si está bien.

- No te muevas, aún estás muy mal herida. - Aunque Azula no podía girar la cara, alcanzaba a ver a la maestra agua parada en la puerta, mirandola fijamente.

- ¿Donde estoy?

- Agna Qel'a

- Pero... ¿por qué?.. ¿por qué estoy viva?

- No lo se, quizás ella lo sepa. - Cuando Katara señaló hacia la cama Azula intentó enderezarse, pero pronto el dolor la hizo regresar, no sin antes ver que Suki estaba al pie de su cama, dormida.

- ¿Entonces es cierto?

- Por mucho que me guste presumir de mi agudeza, no soy adivina, tendrás que ser un poco más específica.

- Tu plan, darle la corona a Zuko, Ba Sing Se... no puedo creerlo, yo estaba ahí, intentabas matarnos, casi matas a Aang y quisiste matar a Zuko.

- Zuzu sabe desviar los rayos

- ...

- Y el avatar, ¿me creerías si te dijera que fue un accidente?

- Por supuesto que no

- Entonces no veo ninguna razón para continuar con esto

- Maestra Katara, le ruego deje a mi paciente descansar. - Tras Katara, una mujer anciana esperaba en la puerta. - Entiendo que tenga muchas preguntas que hacerle, pero la princesa Azula es tan importante para nosotros como lo es usted, su hermano o el joven avatar. Y ahora mismo es momento de asearla y cambiar sus vendajes, le ruego se retire y nos permita atender la herida de la princesa.

- Iré a decirle al Señor del fuego Zuko que su hermana ha despertado, hasta pronto maestra Yagoda. - Tras decir esto Katara se aparto de la puerta dejando pasar a Yagoda, y tras de ella dos mujeres más preparadas con agua tibia y vendajes nuevos, comenzando a atender a la princesa.

- Yo no los conozco ni a usted ni a su gente, ¿por que me tratan tan bien?

- Princesa, nosotros sabemos que usted fue quien asesinó al almirante Zhao, mientras huía despues de dañar al espíritu de la Luna.

- Yo no... - Azula buscó una manera de negarlo, pero finalmente continuó. - No lo maté ni por ustedes ni por el espíritu de la luna.

- Lo sabemos... Aún así fue su rayo el que atravesó al peor enemigo que nuestra tribu ha enfrentado. - Tras finalizar su tarea, Yogada y las maestras agua, se preparaban para salir. - Pediré que venga alguien a asistirla, si necesita algo no dude en pedírselo, su compañera necesita descansar... ha pasado días sin dormir esperando que despierte.Antes que Azula pudiera responder, la anciana salió de la habitación, aún no recordaba lo que había sucedido durante su pelea con Zuzu, pero sabía que habían pasado días y que ahora el era el Señor del fuego.