La Princesa de Fuego y La Guerrera Kyoshi

5. LA LLEGADA AL REINO TIERRA

Los planes de Azula fracasaban uno tras otro, en cuanto supo que Zuzu seguía con vida, comenzó platicas con algunos nobles para solicitar el regreso del príncipe, pero todos pedían lo imposible, que Zuzu se encontrara en la capital, ya que sería imposible lograrlo sin su presencia, pero claro no había forma de traer a Zuzu de vuelta sin que su padre se enterara y sin el avatar, entonces su padre la mandó a llamar, declaró a Iroh y Zuko traidores de la nación del fuego y le dio la misión de traerlos de vuelta. Era su única oportunidad, si no lograba traerlos de vuelta y mover a los nobles, Zuzu sería proclamado públicamente como traidor a la nación del fuego y sus esperanzas de estar junto a su hermano nuevamente terminarían.

Engañó a los soldados respecto a los planes reales y engañó a su hermano una vez los encontró, su intención era buscar la oportunidad de explicarle las cosas una vez que llegaran a ciudad Caldera, pero el estúpido capitán arruinó el plan y dañó aún mas la confianza que Zuzu le tenía a ella. Su hermano ahora era un traidor.

Arruinados los planes de reinstaurar en el poder a su hermano quiso capturar ella misma al avatar para ofrecérselo a su hermano y vivió de primera mano las dificultades de enfrentarlo, aún con la ayuda de sus amigas Ty Lee y Mai, perdían una y otra vez frente al avatar y sus amigos.

Siguiendo el rastro del avatar hasta el desierto de Si Wong, decidieron buscarlo en Ba Sing Se, donde se unieron a las filas de las tropas del taladro, solo para volver a ser derrotadas por el avatar. Con cada derrota, Azula veía y temía a un Ozai fuera de control, capaz de tomar represalias incluso en contra de ella.

Fue cuando escuchó los planes de Ozai para acabar con la capital del reino tierra, cuando Azula terminó de temerle a su padre, usaría el poder del cometa para quemar hasta sus cenizas la ciudad de Ba Sing Se, ahora no se trataba mas de capturar al Avatar o traer de vuelta a Zuzu, debía buscar la manera de detener el avance de su padre. Sin mas ideas, recurrió a la única persona que creyó que la podía ayudar.

- ¿Quién toca a la puerta del jardín? - Preguntó el sirviente tras la puerta.

- Alguién que ha comido la fruta y saboreado sus misterios - Azula había conocido por error a este misterioso grupo de ancianos y sorprendentemente el mayor maestro espadachín de la nación del fuego era uno de los miembros... Azula sabía que si había alguien capaz de ver por el futuro de la nación del fuego, sería el maestro Piandao.

- ¿En qué puedo ayudarle princesa Azula?

- Maestro, mi padre... me temo que está perdiendo el rumbo... su sed de victoria lo está consumiendo

- ¿Por qué lo dices? Sabes que es peligroso hablar del Señor del fuego

- Pero usted... ustedes, ¿no se han desligado de las ataduras de las cuatro naciones?

- Ciertamente princesa

- Mi padre, quiere quemar hasta sus cenizas a la ciudad de Ba Sing Se, usando el poder del cometa.

- Eso sería algo atroz sin lugar a dudas, pero el avatar, es su destino es traer equilibrio al mundo, no el nuestro.

- El avatar es un enemigo formidable, pero me temo que no está a la altura de mi padre, ni si quiera ha podido dominar los cuatro elementos aún.

- No hay nada que se pueda hacer princesa, ya lo has dicho hace un momento, la sed de victoria de tu padre lo ha cegado, no hay nada que lo pueda desviar de sus planes.

- Si lo hay... podemos robarle la victoria sobre Ba Sing Se, con su ayuda estoy segura...

- Princesa Azula, la sociedad del Loto Blanco se ha desligado de las ataduras de las cuatro naciones, así como también de sus guerras. Me temo que hasta aquí puede llegar nuestra conversación, si tiene planes de seguir con esto, le pediré deje aquí su pieza de Pai Sho.

Dejando la pieza, Azula se retiró, era evidente que ella no era capaz de hacer esto sola, pero necesitaría que fuera capaz de pensar como ella y entender el peligro que corría el Reino Tierra.