Dazai era todo un padre orgulloso de Ryūnosuke y de sus excelentes notas académicas. No le exigían nada a Ryū, él sólo le brinda dedicación y esfuerzo a sus clases.
Salía de un grado más, con méritos académicos. Dazai, Chūya y Atsushi lo llevaron a un restaurante con juegos infantiles, como premios por sus notas.
El azabache subía a los toboganes, teniendo cuidado de no caer. Estaba próximo por cumplir sus nueve años y era un niño que comprendía los peligros de la vida. Tomaba sus precauciones en cada juego pero sin exagerar.
— ¡Mami! ¡Mira! ¡Estoy en una torre!
Hablaba desde la cima del tobogán, sonriendo alegre.
— ¡Ten cuidado, Ryū!
Respondió Chūya al verlo. Daba palmaditas en la espalda de Atsushi luego de haberlo alimentado recientemente. El bebé albino de un mes de nacido, miraba atento a su hermano mayor que jugaba a lo lejos. Le sonreía, aunque estuviera soñoliento.
— Venga, Atsushito. ¿Me lo prestas, Chūya?
Pidió Dazai. El pelirrojo le entregó cuidadosamente a Atsushi, quien tan pronto como estaba en los brazos de Dazai, se acurrucó para dormir. Aunque no eran padre e hijo biológicos, Atsushi
— Es tan lindo, Chūya.
Decía con cariño, observando la carita de Atsushi y sus ojitos bicolor que se cerraban lentamente.
— Pero nunca podremos decir que se parece a alguno de los dos...
— Pero Atsushito y yo compartimos grupo de sangre. ¿Eso no cuenta?
A Dazai no le interesaba mucho si tenía un hijo biológico o no, Ryūnosuke y Atsushi eran sus hijos, él también les ayudó a venir al mundo, los vió nacer, y era la sensación más bonita que podía sentir al tenerlos.
Aún así, Chūya no estaba conforme. Él tenía en mente que a pesar de sentir miedo e incomodidad, quizás en el futuro lo superaría y sería capaz de darle un hijo propio a su amado. Un bebé cuyo parecido fuera a la persona que lo ayudó en los peores momentos de su vida.
— Dazai...
Su voz se tornó sería, lo que preocupó al castaño. Atsushi ya estaba dormido en los brazos de su padre, plácidamente.
— Dime, Chūya.
— Prometo que algún día... Cuando Atsushi sea un poco más grande, tendremos un bebé, un tercer hijo, que se parezca a tí... Seguro lo hará. Ninguno de los niños se parece a mí, así que, creo que los niños se parecen más a los Alfas padres que a los Omegas. Pero si serás tú su padre, no me importaría si se parece a tí, eres...muy atractivo...
Dijo sonrojado, sonriendo ligeramente. Dazai sonrió.
— Ya te lo dije. No me molesta que Ryū y Atsushito se parezcan a sus horribles padres. Ellos, no serán como esos malditos, Chūya.
Sin pensarlo mucho, Chūya, aunque la mesa estuviera en medio de ambos, se acercó a Dazai para darle un tierno beso en los labios, que duró poco. Se miraban a los ojos, y soltaron una pequeña risita.
En ese momento, Ryūnosuke llegó a ellos.
— ¡Dazai-san! ¿Puedo cargar a Atsushi-kun?
Preguntó tímido. Dazai sonrió y le acercó cuidadosamente a Atsushi a los brazos del azabache, sin soltar al bebé.
— Ten cuidado, Ryū.
— Sí.
— Sabes... Llamarme "Dazai-san" suena muy formal, ¿No crees? ¿No te gustaría llamarme de otra manera, principito?
— Hmm... ¿Puedo llamarte papá? Es que... Eres el papá que nunca tuve...
Dijo con la cabeza agachada, y empezando a llorar. Dazai le alejó a Atsushi y se lo entregó a Chūya, para abrazar a Ryū y sentarlo en tu regazo, limpiando esas lágrimas.
— Eso me haría muy feliz.
ESTÁS LEYENDO
El Cupido Azabache
Fiksi PenggemarBOY LOVE, OMEGAVERSE, SOUKOKU. Chūya es un Omega que se convirtió en madre desde los catorce, debido a los constantes ataques de los Alfas mayores. Su hijo, Ryūnosuke, de ocho años de edad, siempre está con él, pero cierto día conocen a Osamu Dazai...