¿Rentar a un novio? [Kookmin Au]

XXVIII

—¡Hola cariño!—saludó con emoción Irene cuando llegó a donde estaban.

—¿Irene? ¿que haces aquí?—preguntó el pelinegro con el ceño fruncido.

—¿Podemos hablar a solas?—respondió viendo a Jungkook y luego a Jimin—Perdón, es que necesito hablar con él, espero que no te moleste.

—No, claro que no me molesta.—aclaró Jimin negando con la cabeza—Creo que será mejor que me vaya.—hizo una reverencia y comenzó a caminar hacia la puerta pero se detuvo cuando Jungkook lo tomó del brazo.

—¿Ya te vas?—preguntó con preocupación, hace unos instantes parecía que el menor iba a decirle algo importante.

—S-si, luego hablamos.—le dio una ultima sonrisa y Jungkook asintió no muy convencido, soltó su brazo y Jimin caminó hacia la salida sintiendo un nudo en la garganta.

—¡Luego te hablo!—gritó para que el menor lo escuchara, Jimin quiso voltear para decirle que él prefería hablar en ese instante con él, pero abrió la puerta y solo se marchó de ahí.

(...)

—Señor puede parar aquí por favor.—dijo Taehyung al taxista aunque todavía faltaba unos minutos para llegar hacia su casa. El taxista estacionó el auto y Taehyung bajó de ahí, el castaño iba a bajar junto a él pero Taehyung lo detuvo.

—Iré solo desde aquí.

—Dejame acompañarte, ya es de noche.—quiso bajar nuevamente pero Taehyung se negó.

—No va a pasarme nada, puedo defenderme yo solo.

—Te acompañaré.—dijo bajándose del auto y cerrando la puerta, el auto se marchó dejándolos solos.

—Eres muy terco, ¿lo sabías?

—No suelo serlo pero gracias.

—No era un cumplido.—comenzó a caminar dejando a Hoseok atrás.

—¡Esperame lindo!—Apresuró el paso hasta llegar hacia él, Taehyung soltó un bufido de molestia pero por dentro tenía miedo de que pasara de nuevo lo de aquella vez.

Ambos caminaron en silencio durante todo el camino, Taehyung se detuvo cuando estuvieron frente a su casa.

—Por favor ve a tu casa Hoseok.—dijo casi en un tono suplicante.

—Bien, me iré solo porque ya llegamos.—Taehyung suspiro aliviado y se dio media vuelta para entrar a su casa.

—¿No te vas a despedir mi?

—Oh, lo siento.—volteó a verlo y se despidió de él con ambas manos-Adiós.

—¿Y mi beso de despedida?.—dijo el castaño con una sonrisa.

—Eres muy directo.—mordió su labio
intentando no esbozar una sonrisa tonta que quería dibujarse en sus labios.

—Lo se.—se acercó a él y acortó la distancia entre ambos —Y eso te gusta de mi, ¿no es así?