73. Surprice

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Después de un largo día buscando mi vestido para el baile y después de la extensa práctica  que tuvimos en el grupo de danza de la escuela para una exposición, estaba exhausta. Lo único que tenía en mente era un baño lleno de espuma y los chorros de hidromasaje encendidos.

Dejando mi bolsa de baile en mi vestidor, preparé el baño y la música en el sistema del baño, una de las mejores cosas jamás creadas. Después de veinte minutos relajantes, tomo mi toalla y escojo mi pijama, que en este momento es todo lo que le pertenezca a Matt, mi armario parece el suyo.

Apagué las luces de mi habitación y bajé las escaleras, o esa era mi intención antes de que Matt me empujara contra la pared y me acorralara.

Tenía el pelo mojado de la ducha después de su práctica de football, ​​vestía jogging gris oscuro de Stanford y una camiseta blanca que ajustada en los lugares correctos, para que se viera lo suficiente bien como para que su ego creciera.

Me miró de arriba abajo y luego a mis ojos mientras se mordía el labio inferior.

Hace calor aquí, por favor, que alguien abra una ventana.

—¡No hagas eso!—le susurro/grito y él sonrió.

—¿Hacer qué?—actuó como si no supiera lo que estaba haciendo y se mordió el labio inferior de nuevo, atrayendo mi atención hacia sus labios. Echó el cuello hacia atrás riendo —¡Tus ojos!—no paró de reír hasta que traté de alejarme de él pero me arrinconó de nuevo.

—Siento ser tan lindo que tus ojos se dilataron con solo verme morderme el labio—sonrió satisfecho.

—Conozco otra parte de tu cuerpo que se dilata con solo mirarme—se ríe mirando hacia abajo y luego me besa en la mejilla.

—Te extrañé—y luego me besó en los labios, lo acerqué más a mí y él sonrió en mis labios —Alguien también me extrañó—me agarró por la cintura hasta que no hubo más espacio entre nosotros.

Todo empezó a ponerse más caliente, nuestras respiraciones eran más fuertes, dejé sus labios y los cambié por su cuello. Podía sentir cómo sonreía mientras se mordía el labio inferior cuando sintió mis labios sobre él.

   No duró mucho hasta que me agarró y me empujó contra la pared con mis muñeca sobre mi cabeza y le sonreí, sabiendo que había ganado.

—Alguien está dilatado—miré hacia abajo y luego a sus ojos, se acercó a mí y empezó a besarme de nuevo.

—¡La cena está lista!—gritó Andrew desde abajo.

—Esto no ha terminado—dijo Matt separándose de mí, con su frente contra la mía.

—¿ El qué?—actué inocente y él puso los ojos en blanco.

Lo empujé de su pecho y bajé las escaleras, con él siguiéndome detrás.

Tomamos nuestros asientos normales y una de las mucamas trajo nuestra comida, asentí con la cabeza como agradecimiento y comenzamos a comer.

Después de ponernos al día y terminar la cena, ayudé a una de las mucamas a llevar algunos platos al fregadero de la cocina.

—Gracias cariño—dijo Karen con una sonrisa.

—La comida estuvo increíble—dije poniendo mis manos sobre la isla de la cocina

—Soy la mejor cocinera que jamás conocerás—

—Y tienes razón en eso—dijo Matt detrás de nosotras hasta que me abrazó por detrás, apoyando su cabeza en mi hombro.

Un trozo de papel en la encimera me llamó la atención, lo tomé y cuando lo leí suspiré y Matt se escondió en mi cuello.

—¿Puedes parar con los regalos por favor?—

—Juro que no soy responsable de eso—

—Matt—dejó mi cuello y lo miro de lado—

—Juro que no—

Caroline entró a la cocina con Rebeka en su cadera ya dormida sobre su pecho.

—Buenas noches niños—intentó pasarnos, pero se detuvo al ver el papel en mis manos—¿De dónde lo sacaron?—

—Estaba sobre la encimera—puso los ojos en blanco y suspiró.

—Esperen un minuto, pondré a Rebeka en su cama—fue a la habitación de Rebeka y luego regresó, empujando a Andrew dentro de la cocina—Esto es tu culpa—señalo con la cabeza hacia el papel en mis manos.

Andrew no lo reconoció hasta que se lo di y su boca formó una "O" y sus ojos se agrandaron. Su esposa, lo miró con los brazos cruzados sobre el pecho.

—En el mostrador estaba—dijo Caroline—La primera regla que te enseñó tu padre "no dejes papeles importantes a la vista de todos" -

Andrew le sonrió inocentemente y luego me miró—¡Sorpresa!—todos en la habitación pusieron los ojos en blanco.

—¿Por qué?—pregunté confundida.

—Bueno, los chicos me dijeron que no estaban de acuerdo a dónde ir para el viaje de verano, así que Caroline y yo recomendamos ir a tu país—

—Pero no puedo—

—No puedes ir a tu estado o provincia, y no vas a ir, vas a "Santa Cruz"—leyó el papel— Más específico "El Calafate"—

—¿Sabes español?—le pregunté por su pronunciación.

—Soy un hombre de negocios, ¿Recuerdas?—

—Demasiado estúpido para ser uno y arruinar una sorpresa—dijo Caroline.

—Este estúpido es uno de los mejores arquitectos del mundo—sonrió orgulloso de sí mismo.

—¿Ves dónde sacó el ego que tiene?—me preguntó Caroline, hablando de padre e hijo.

—Cielo, eso lo heredo de ti—la besó en la sien y la atrajo a él—Solo estoy diciendo hechos que incluso puedes buscar en Google—Oye Siri—gritó fuerte y Siri se encendió desde el sistema de la casa—¿Quién es el mejor arquitecto del mundo en estos momentos?—

—El mejor arquitecto del mundo en la actualidad es Andrew Alexander Forc, ganador del Premio Pritzker en cuatro ocasiones, posee muchos reconocimientos al rededor el mundo, con edificios famosos...—

—Oye Siri, gracias—Caroline interrumpió la biografía de Andrew, y Siri paró—

—De nada—y luego se apagó—

—Viste, no miento—

—Regresando a esto, se supone que es invierno en Argentina, ¿no querías hacer un viaje de verano?—miro a Matt.

—Es sólo una semana, luego volveremos a Miami y habrá suficiente sol—

—¿Vamos todos?—

—Los chicos, tú y yo, Jess y Chelsey nos encontraran en Miami—asentí feliz.

—Voy a convertirlos a los tres en Argentinos, ustedes van a probar todas las comidas típicas y vamos a ir a una fiesta, sin excusas.

—Lo que diga mi lady—Matt me dio un beso en los labios.

—Nos vamos a dormir, niños, mañana tenemos muchas reuniones, espero que les haya gustado la sorpresa, no tan sorpresa—Caroline puso los ojos en blanco.

Fui a abrazarlos a los dos como agradecimiento.

—Yo también quiero un abrazo—dijo Matt sumandose a nuestro abrazo grupal—

De Intercambio ✈️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora