Interdit; hyunmin

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Chapter one.

Las mangas del suéter del menor cubrían sus pequeñas manitas y sus pasos eran cortos y poco seguros. El alfa del mayor iba saltando de un lado a otro, era como si tuviera un juguete nuevo, el pequeño omega indefenso a su lado era tan tierno que quería abrazarlo y jamás soltarlo. El camino hasta el gran edificio fue lento y silencioso, el omega por fin había encontrado un poco más de calor y aunque se sentía mal por hacer que el mayor pasara frío, en realidad ese sentimiento no era tan grande como el gusto de sentirse calentito y seguro.

Al entrar al edificio el mayor se tensó y se puso en guardia, el olor suave y lindo de su omega... el omega a su lado era demasiado tentativo para todos los alfas ahí, o al menos era aquello lo que Hyunjin percibía, sin contar que debía subir hasta el quinto piso en donde se encontraba Felix, un omega bastante cercano al mayor y su asistente.

-Hyunjin —llamó Lee Know antes de despedirse de la recepcionista y acercarse hasta el castaño— Lamentó hacerte venir hoy, los administrativos en Japón tienen algunas dudas acerca de la sucursal de Osaka, al parecer quieren hacerlo al igual que la que ya está terminada en Tokio, algo sobre locas ideas sobre sus costumbre y esas cosas —señaló rodando los ojos.

Liam el dueño de "Jav inc" era un alfa verdaderamente apuesto, carismático, dulce y atento, de no ser porque estaba felizmente casado y había marcado a su, muy celoso, omega dos años atrás le habría gruñido por la mirada que le dirigió al menor a su lado.

-¿Quien es este hermoso pequeño? —preguntó, con una voz un poco más melodiosa, mirando al omega que se escondía tras su amigo, acercó su mano para saludarlo, con la intención de que se diera cuenta de que no pensaba hacerle daño ni tenía malas intenciones.

-Lo encontré en la calle —respondió el mayor al ver que Seungmin no tenía intención de responder, aunque sí respondió al saludo dándole la mano al mayor, su agarre no era muy firme. Al escuchar eso Minho lo miró mal, no era un perro, era un niño, no podía simplemente "encontrarlo en la calle" y llevarlo a casa para alimentarlo y adoptarlo.

-Hwang —advirtió para hacerle saber que no estaba bien cómo se expresó del pequeño.

-Me refiero a que —fue en ese momento en que recayó en que no sabía cómo se llamaba, de dónde venía o porque demonios lo había llevado hasta ahí—, lo llevaré a desayunar justo después de salir de aquí —la mirada que le dio a su jefe y mejor amigo le decía todo: no sabía que estaba haciendo.

-Bueno —alargó la palabra, intentando tomar el momento con la mayor naturalidad posible, solo para no ser grosero con el omega, y miró de nuevo al pequeño— ¿Cuál es tu nombre?
- Seungmin — susurró después de unos segundos.

-Bueno, Seungmin, si necesitas algo estaré aquí abajo ¿bien? —el menor asintió y miro a Hyunjin esperando cualquier indicación o invitación para moverse de ahí. Era inexplicable la sensación de confianza que le transmitía el alfa, solo estaba ahí y Seungmin se sentía en verdad confundido.

Minho le sonrió una última vez y palmeó el hombro de Hyunjin antes de darse media vuelta y caminar junto a su asistente a la sección de publicidad que ocupaba la mayoría del primer piso.

El alfa rubio miro al niño que se escondía tras su espalda mirando como Minho se alejaba, su olor se había vuelto a uno nervioso, una combinación entre jabón de naranja y pay de manzana ¿Cómo era posible que incluso con sus malas emociones siguiera oliendo bien? Era increíble.

-Vamos —el alfa tomó la mano del omega sin pensarlo y camino hasta el ascensor, le extrañó que el emoga no se opusiera o tratara de zafarse. Los omegas tendían a ser obedientes y muy maleables pero eso no significaba que sus reacciones fueran escondidas, si se sentían atacados su olor o su expresión corporal los delataría, pero raramente Seungmin no se veía incómodo.