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Desde aquel día, Yoongi no supo más de Jungkook. Ni siquiera lo veía, tampoco lo espiaba fuera de su casa.

Había sido difícil aceptarlo, pero tal vez Yoongi ya no era el indicado para estar con Jungkook. Para protegerlo y amarlo todo el tiempo.

Jungkook se merecía a alguien que no le hiciera daño, que no le ocultase las cosas.

Yoongi abrazó sus piernas en la ducha con un ligero puchero en sus labios. Lo había dado todo por Jungkook, lo quería salvar, lo quería proteger. Y la única oportunidad que Jungkook le había dado, la había tirado al cesto de la basura.

El pelinegro sacudió su cabeza al recordar la forma en que Jungkook se acurrucaba con él en su cama, la manera en como le sonreía mientras se besaban y lo feliz que se sentía estando con él.

En vez de ser la causa de sus sonrisas, ahora Yoongi era una de las razones por la cual Jungkook se sentía algo miserable.

Y Yoongi se odiaba a si mismo por ello.

El pelinegro salió de la ducha para ir a vestirse. Con el ceño fruncido terminó de secarse y comenzó por su ropa interior.

Ese día se iban a cumplir tres años desde la muerte de Jimin e iba a visitarlo a su tumba para cambiarle las flores y ponerle otras más bonitas. Era horrible estar pensando y lamentándose por Jungkook en esos momentos.

En cuanto terminó de alistarse y salir del departamento, salió en su auto para buscar las flores antes de llegar al cementerio.

El viento soplaba con fuerza, despeinándolo por completo, moviendo su cuerpo con violencia. Las hojas viajaban de aquí para allá y el sol resplandecía con todo su poder. El pelinegro caminó cabizbajo hasta la tumba de Jimin para evitar que el viento metiera algo a sus ojos.

Al llegar, cambió las flores y solo se quedó estático frente a su tumba. Sin saber que decir en realidad.

Se sentó en el césped , ocultando su rostro entre sus piernas mientras sollozaba sin control, suavemente.

Luego de varios minutos en la misma posición, escuchó otros sollozos que no eran los suyos y eso lo alertó, ya que cuando llegó, no había visto a nadie a su alrededor.

Pensando que podría ser un fantasma, alzó su cabeza y buscó el origen de los sollozos, hasta que los encontró. 

Una figura esbelta, vestida de negro y con cabello castaño algo largo sollozaba de rodillas frente a una tumba. Y a pesar de la larga distancia que había entre ambos, Yoongi pudo distinguir en sus cristalinos ojos a Jungkook.

Su corazón volvió a latir rápidamente y se levantó al ver como Jungkook caminaba hacia la salida, quiso seguirlo pero prefirió dejarlo ir. No quería molestarlo ahora, no quería seguir hiriéndolo.

Se quedó en la tumba de Jimin otros minutos más, pidiendo muchas disculpas antes de irse cabizbajo, metiendo sus manos en los bolsillos del pantalón.

Para sorpresa de Yoongi, cuando llegó a la salida del cementerio, volvió a escuchar los sollozos de Jungkook a lo lejos. El castaño se encontraba sentado en la parada de buses, con su rostro entre sus manos, jurando que nadie lo escuchaba o veía.

El pelinegro mordió sus labios y miró de reojo su auto, podía irse en ese instante, pero algo en él le insistía en que se acercara a Jungkook de nuevo.

Asi que caminó hacia él, despacio. Tratando de que el castaño no estuviese a la defensiva con él.

Se detuvo su lado, con una distancia considerable. El pelinegro moría por abrazarlo y hacer detener sus sollozos. Quería volver a sentir ese hermoso cosquilleo cuando veía a Jungkook sonreír.

Rotten Soul「Adap.」(Yoonkook) 2020 Versión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora