Traición

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Iason Mink abrió los ojos.
-¿Dónde está Riki?
-¡Iason!
La explosión de Dana Bahn había dejado al Primer Rubio de Amoi postrado durante algunos meses. Esta era la primera vez que despertaba desde que Júpiter, sintiendo a su hijo dorado en peligro ordenó el rescate inmediato junto a su mascota mestiza.
Siendo nada menos que perfecto, Iason fue restaurado de la lesión de sus piernas, sin ninguna señal exterior del daño causado por la explosión. Básicamente se veía y sentía como si despertara un día cualquiera. Júpiter a través de su poder había ayudado a Iason a recuperarse sin dejar ningún tipo de secuela gracias a las comuniones de alianza que podía establecer con su hijo favorito.
Así que cuando su cuerpo estuvo listo Iason abrió los ojos y se sentó, haciendo su primordial pregunta recordando la explosión de inmediato. Raoul Am, Segundo Rubio de Amoi, un genio de la medicina y Principal Neurocorrector estaba ahí, revisando algunas anotaciones de los últimos estudios.
Cuándo se acercó a su hermano aliviado al verlo despertar, una sonrisa ligera honesta cruzó sus labios, dejó los papeles a un lado y se detuvo al lado de la cama de hospital.
Iason notó la sonrisa en Raoul, la mueca de verdadera felicidad pero apresuró el reencuentro depositando su mano desnuda sobre el hombro de su igual Blondie dando un ligero apretón.
-Estoy seguro que te preocupaste por mi. Es lo último que quería.
-Creí que mis peores miedos se hacían realidad y te perdía Iason.
Se sostuvieron la mirada en un encuentro amistoso. Pero Iason no sentía el peso del tiempo, ni la preocupación que cargaba Raoul, él tenía una prioridad. Así que para alejar cualquier otra distracción arrancó sin usar mucha fuerza todos los diodos y mangueras que estaban conectados a su cuerpo que venían de algunas maquinas. Antes de la obvia alarma en Raoul, Iason repitió su pregunta.
-¿Dónde está Riki?
En sus comuniones de restauración, Júpiter lo mantuvo informado sobre el estado de salud de su mascota, Iason sabía que estaba recuperándose como él. Pero la mueca seria de Raoul lo alarmó.
Nada ni nadie iba a detener a Iason Mink de hacer algo, nadie era tan osado. Raoul Am previno esto desde un inicio y mantuvo al mestizo cerca todo este tiempo. Estaba cruzando una puerta al interior de esa habitación.
La imagen de Riki…
Su exótico mestizo de hermosa piel bronceada… sus rasgos definidos y varoniles estaban relajados en una mueca triste. Tenía los ojos cerrados y parecía que dormía pero en realidad Riki estaba inconsciente dentro de una cabina de forma ovalada de cristal.
-¿Cuándo despertará?
-Iason – comenzó Raoul, sabía que informarle del estado crítico de Riki no iba a ser fácil. Sin importar los deseos del Primer Rubio de Amoi, Riki era sólo un humano y ningún ser vivo sin favores genéticos podría soportar el infierno que se transformó la explosión de Dana Bahn.
Cuándo fueron rescatados, Iason y Riki estaban inconscientes, sin embrago el cuerpo mejorado de Iason cubrió al mestizo durante y después de la explosión reduciendo el daño. Permaneció en esa postura de semi abrazo sobre su cuerpo a pesar de no estar consciente pero, no pudo salvarlo por completo de sufrir quemaduras por diferentes partes del cuerpo, las chispas que saltaron de hierro ardiendo fueron suficientes para causar daños en su piel y más allá de eso, estaba la inhalación de la gran cantidad de humo tóxico que había dañado su cerebro trágicamente, eso era lo que mantenía a Riki inconsciente y la falta de un sistema respiratorio funcional.
Raoul le explicó que gran parte del tiempo transcurrido trabajaron para tratar su cerebro y que ahora los análisis indicaban que era completamente funcional, sin embrago no tuvieron la misma suerte con los pulmones, estaba con los segundos pulmones trasplantados de donantes y había rechazado los dos, quedando al borde de la muerte. En este momento la cápsula respiraba por él, pero nadie puede vivir ahí así eternamente. Ahora estaba trabajando en la clonación de pulmones a partir de las mismas células de Riki, esta vez no de donantes compatibles.
-La cirugía se hará en cuarto o cinco días, dependiendo de cómo estén los análisis.
-Déjame solo Raoul.
Si, era mucho para procesar. Pensó Raoul cuando abandonaba esa sala.
Como le explicó su hermano Blondie, el exterior de Riki no demostraba el daño sufrido en esa hermosa piel. Desnudo dentro de la cabina médica podía ver que todo en Riki volvía a ser perfecto, tanto cómo cuando lo observaba dormir después de una de sus largas noches de pasión descontrolada.
Él estaba vivo y más que dispuesto a retomar sus funciones en donde se quedaron, que Júpiter también salvará a Riki era una anomalía. Sabia que tenía que ir a hablar con ella.
También quería saber qué sucedió con el bastardo que inició todo esto. El responsable para Iason de que su mundo se viera afectado, Guy.
Cuándo volvió a la habitación principal su mueble estaba ahí con ropas y accesorios necesarios, se dobló en una reverencia después de saludar. Raoul verificaba algunos análisis.
El joven dispuso todo lo necesario en alto con las manos dispuestas sin darse cuenta poniéndose en medio del camino entre Iason y Raoul.
-Muévete Darryl – Iason lo apartó con un ligero movimiento de la mano, Raoul al instante reaccionó confundido. Dejó que Iason se acercara y tome los papeles de las lecturas de Riki.
-Iason puedes recordar el nombre de tus hermanos Blondies.
-Por su puesto – respondió de inmediato - ¿A qué viene esa pregunta?
-Tal vez estamos dando por echo tu recuperación y deberíamos hacerte unos estudios antes, además… – Iason levantó la mano mostrando la palma en una mueca de guardar silencio.
-Estoy perfectamente bien, quiero que te concentres exclusiva y únicamente en Riki y no menciones a tu equipo. Sólo a Júpiter y a ti les permitiría tocarme.
-¿Entonces porqué llamaste Darryl a tu mueble? Su nombre es Cal.
Iason torció lo labios mirando por segunda vez al joven, como si fuera el culpable de su equivocación.
Iason era demasiado orgulloso para aceptar que en verdad los había confundido pero alegó que sólo era cansancio.
-Iré a ver a Júpiter para reintegrarme lo antes posible en todas mis funciones. Estoy seguro que estas ocupando mi cargo Raoul.
-Así es.
Iason colocó la mano abierta sobre el hombro del otro, estrechándolo con fuerza medida – Raoul, te pido que te ocupes con prioridad en Riki, olvida los demás proyectos, si tienes algo que te desenfoque, solo déjalo de lado, todo. Riki debe estar bien ¿Comprendes? Él es la máxima prioridad.
El Rubio de ojos verdes encontró la desesperación no sólo en esas palabras de tono sin mucha expresión, solo su propio oído educado leyó toda la angustia en Iason. Además de los ojos celestes demostrando algo más que su frío característico.
Era Riki y a Raoul no le importaba mucho, quizá en otra época hubiera encontrado la situación médica del mestizo un reto a su ciencia, pero ahora… Raoul era diferente y sentía lástima por Riki, bastaba con decir que parecía más coherente dejarlo morir que vivir, soportando tratamiento tras tratamiento doloroso, alargando lo que parecía inevitable.
¿La razón de ese cambio?
-¿Katze? ¿Qué haces aquí?
Raoul miró en dirección a la puerta ante las palabras de Iason, viendo al pelirrojo que recién ingresaba, sorprendido.
-¡Maestro Iason! – rápido Katze educó su expresión e hizo la reverencia de protocolo – Me alegra verlo recuperado Maestro.
-¿Trajiste las muestras? - cortó Raoul, Katze bajó la mirada.
-Si, Maestro Am.
-Retírate – ordenó el Rubio de ojos verdes.
-No – Iason estudió al pelirrojo en silencio, viendo el cambio evidente en él. Se veía muy bien compuesto, sin las ojeras que estaba acostumbrado a ver, el cabello un poco más largo y sedoso y en general un aspecto más saludable en todo su cuerpo. Además de un brillo inusual en sus ojos… - Raoul ¿Júpiter te encargó el Mercado Negro?
-Ella hizo eso.
- Bien, volveré a estar a cargo. Júpiter no me negará nada – dijo con aires de suficiencia – Katze está demás decirte que tenemos asuntos pendientes. Quiero saber exactamente todo lo que sucedió después de la explosión ¿Entiendes? – Iason dejó implícito el tema de Guy.
-Si Amo – Katze controló sus facciones todo el tiempo, no fue despedido de nuevo y se quedó en un extremo al lado de Cal que aguardó mientras Iason terminaba una conversación con Raoul.
Una vez listo el Primer Rubio se disponía a retirarse directo a una reunión con su Creadora, antes de salir se detuvo delante de Katze.
-¿A que viniste aquí hoy? Antes no tenías estos minutos para perder el tiempo.
-Katze viajó a Daars, Iason – intervino Raoul – Tenía que traer muestras importantes para un experimento.
-Bien – torció los labios Iason – Cierra todos los asuntos pendientes aquí y te esperaré esta noche en Eos.
-Entiendo Maestro.
Por última vez Iason miró a Raoul, una mirada menos fría, casi viendo en él al único que podía confiar la vida de Riki, viendo en Raoul al único que dejaría la labor de cuidarlo.
-Confío en ti, Raoul.
El Rubio de ojos verdes conectó miradas y asintió con la cabeza.
-Puedes hacerlo, Riki estará bien.

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