Guy

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En la memoria de Iason sonaba la voz de su mascota. Las palabras cargadas de angustia pidiendo que no dejara a Guy morir en medio del desastre que había iniciado y fuera de control caía en pedazos ardiendo sobre ellos. En sus ojos negros la total verdad gritando que Riki nunca sería feliz si guardaba en su corazón la culpa del destino de Guy. 

Iason era fiel a su palabra y más, si se trataba de una promesa a su mestizo. 

Sacrificó su vida para salvar a Guy y que Riki sea libre con él. Sin palabras de por medio y con arduo esfuerzo, Riki se alejó con el cuerpo pesado de su ex amante. Él se quedó mirando, pues había aceptado eso. No lo hacía feliz, pero sabía que Riki lo sería, saber que su amado mestizo estaría bien daba sentido a todo su propósito.

Era por ese significativo sacrificio que  no había interferido en la vida de Guy. Porque a pesar de todo, él fue elegido por el amor de Riki, no existía otra razón para suponer que regresó al fuego de Dana Bahn.

Cambiar de decisión era muy importante, debía considerar los sentimientos de Riki en el proceso. Cuándo su mestizo despertara, haría preguntas… ¿Eso no sería suficiente? Que demostrara preocupación e interés por una basura como Guy.

Quería poseer completamente a su mestizo; destruir sus raíces y arrancar todo lo relacionado a su pasado era lo mejor para adueñarse de su alma. De todas formas el destino real de Guy sería ignorado por Riki y conocería la historia falsa, que la culpa lo consumió dejándose caer en la miseria y la autodestrucción.

Sin Guy por quién preocuparse, Riki dejaría de tener una razón para volver a Ceres o pensar que le debía algo a su antiguo compañero. Era el mejor camino a seguir, liberando su paso de todas las posibles causas que significaran un obstáculo en su relación. 

Guy actuó precavido pero sus intentos de esconderse fueron inútiles, el paso del tiempo desde Dana Bahn había sido considerable y la reputación construida por él, un rastro fácil de seguir. Siempre lo estuvo observando, pero no previno que Raoul lo buscaría como aliado en su propósito.

Con Júpiter concediendo el permiso para “interrogar” al mestizo sobre las particularidades de su crimen, Iason consiguió que fuera trasladado a su departamento.

Supuestamente para obtener información sobre el origen del arma que usó para disparar, si tenía cómplices y otros detalles más. Todo eso Júpiter podía conocer leyendo y destruyendo su mente, pero Iason exigió el derecho de interrogarlo él mismo. Cómo dijo la súper computadora, fueron dos veces que Guy había perpetrado su vida.  

Sedado, no se dio por enterado que era transportado hasta una habitación cerrada. No iba a llevarlo a la que usaba una mascota. Sino a otra vacía, que podía ser para un mueble, es decir, sin ventanas y sólo con un pequeño cuarto de baño al interior. Una cama desprovista de mantas y nada más entre las paredes grises. 

Su mueble se encargó de desnudarlo, limpiarlo y dejarlo solo después.

Seguramente fue por la intervención de Katze que el hombre no estaba incapacitado permanentemente y tenía un brazo con la tecnología robótica simulando por el exterior una mano humana funcional.

No lo quería para conversar, no quería escuchar o soportar su voz molesta y alterada. Así que en su presencia, estaba impedido de mover la boca. Cuándo estuvo despierto y delante de él, sus voluntades fuertes chocaron; pero como no quería ni pretendía domar su espíritu y sólo lo estaba usando para despejar sus dudas, no desató su enojo aún. 

Primero usarlo y luego, desquitarse. La estadía de Guy iba a ser fugaz y objetiva, sólo para conocer los deseos oscuros de su mente en esa habitación.

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