Bondad y Ternura

93 12 2
                                    

Katze siempre ofrecía resistencia al inició y durante la vejación, parecían solo intentos desesperados de escapar de lo inevitable. Como regla general lo hacía, no iba a esperar a la visita con el culo en alto, aunque de todas formas fuera alcanzado. Sabía que luchar era inútil, Guy con su fuerza física, buena salud y la emergencia creada entraba en su habitación no muy diferente a un animal en celo enloquecido por las hormonas que embrutecían todos sus pensamientos.

Previo a que se abriera la puerta siempre recibía una descarga eléctrica e Iason ingresaba con Guy. Mientras el Blondie nunca se acercaba a la cama, dejaba que el mestizo lo haga con esa sed que se abalanzaba por encima de su propia voluntad. Nublado en rojo, sólo con la visión, como túnel, de desahogar su lujuria.

Katze arremetía su puño cerrado o una patada contra Guy, inmediatamente lo tuviera cerca, pero el mestizo no se veía afectado por el intento de alejarlo, lo tomaba por los cabellos o el cuello y encontraba su lugar al ponerlo boca abajo o de lado.

Guy era preciso, rápido y eso era frustrante. Obviamente para asegurar su ventaja y un buen desempeño, no estaba siendo privado de alimento; caso contrario Katze, que era provisto solo con lo necesario para mantenerse un día vivo y rendir un corto enfrentamiento con fines de entretenimiento a Iason que quería esa resistencia por muy patética que sea, sino la prevendría de cualquier forma. Aún sabiendo que Iason esperaba ese espectáculo de ellos, todavía el orgullo de Katze estaba demasiado alto como para pensar en actuar de otra forma, como sumiso o resignado.

Saber que Guy, dueño de todos sus sentidos no haría esto, era de alguna manera reconfortante… así era más fácil continuar conversando con él. No significaba que fueran amigos, Katze sentía el desprecio del orgulloso mestizo y era mutuo. Tampoco pretendía ganarse su amistad, pero las respuestas mordaces y su falta de empatía elevaban a su mente del incierto destino de su Raoul y también de su último propio camino por recorrer.

Cualquier momento podía ser el último, Iason iba a cansarse del inesperado encuentro que armaba de dos mestizos follando, uno en goce y satisfacción y el otro rechinando los dientes, antes de la parada final de sujetarlos con una mano y quebrarles los huesos. A veces esperaba que realmente llegara ese momento, iba a ser doloroso pero sólo unos segundos, minutos a lo máximo, luego nada más. El dolor de morir lentamente era lo peor, por eso continuaba alimentándose con migajas, no quería agonizar de inanición. Era el infierno.

-¡Hijo de puta! No lo hagas ¡Joder! – Katze intentó escabullirse del agarre de sus muslos y usar sus manos para empujar a Guy por el pecho. Inútiles, inútiles fuerzas. Antes de clavar sus uñas sobre los ojos de Guy y que lograra aturdirlo, él previno el ataque y lo dominó con un golpe en la cara, así consiguió profundizar sus estocadas al mejorar su acoplamiento – Mierda, mierda, mierda.

Como una cacofonía, el rechinar de la cama y la voz de Katze se mezclaron con su impotencia de no poder oponerse más o impedir rotundamente el asalto a su cuerpo. Entre las veces que Iason había arrojado a Guy sobre él, ésta era la primera vez que el mestizo lo ponía boca arriba con la espalda sobre el colchón y era obligado a ver las expresiones de subidón que esto le provocaba ¡No quería saberlo! ¡Mierda! Guy lo tenía muy bien atrapado con el agarre sobre sus caderas y manos, patalear serviría, claro. Pero su pie herido dolía lo suficiente como para desistir de la idea y una sola pierna era igual que nada.

Moviendo la cabeza para escapar de la visón de Guy en plena satisfacción, enfocó sus ojos en dirección a la puerta. Fue un error ya que tenía como regla no enterarse como era la mueca de retribución que tenía Iason en la cara, pero fue una sorpresa para Katze no verlo ahí. Estaba casi detrás de Guy, había una considerable distancia entre ellos pero aún detrás, con la espalda apoyada en la pared. Katze no podía ver qué hacía, pero sí que estaba haciendo algo. Era difícil de creer el movimiento acelerado de las manos de Iason, un movimiento típico, si no fuera por las vocalizaciones exageradas de Guy, podría escuchar sin problemas la respiración profunda del Blondie.

Todo por RikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora