Capítulo nueve: El primer amor nunca dura.

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Hello!! Bueno, esta es la continuación. Disfrutad de ello. Canción: Narcisista delirante. Vocals: Gumi y Gumiya.
P.D: Si nos imaginamos a esos dos personajes en forma de Hayime y Nowaki, tendrá más sentido(dibujo del capítulo siete) Bye!!!
-Pero, es un hombre por lo que me hace pensar que eres gay, porque para tener sentimientos por él debió haber sucedido algo entre los dos, ¿cierto? Además, si no lo eres entonces no deberías preocuparte tanto.
Aquellas palabras hicieron que se cabreara y toda la calma que había mantenido hasta ahora se fue al garete, por lo que gritó molesto mientras Seragaki sacudía los hombros por la risa acumulada que intentó reprimir por sus burlas.
-¡¿Y eso a ti que te importa?!-dijo en un gruñido, la verdad ese tipo era un sádico que adoraba molestarle y burlarse de él-¡¡Sólo estamos hablando de mí cuando simplemente te hice una pregunta!!
Sólo quería estar seguro de que no había pasado nada, por lo que debía estar seguro. Seragaki le miró y con una sonrisa en sus labios dijo:
-Vaya, no sabía que tenías tantas ganas de conocerme tanto, pero me alegra el hecho de estrechar lazos conmigo. Pues para serte sincero, me gustan las personas que tienen demasiado orgullo y que se molestan fácilmente; sin importar el sexo de la persona.
Cuando dijo aquello, Aida deseó no haberle preguntado ya que pensó que este tipo le había besado o...tocado. Sintió su rostro arder por aquella imagen fugaz que apareció en su mente. Nunca debió haber cometido tal estupidez, pero ya no había vuelta atrás.
-Por cierto, como me debes una bien gorda, tendrás que ser mi sirviente hasta que yo lo diga-dijo tranquilamente mientras se ponía una chaqueta de cuero color negro.
-¿¿Perdona??
-Lo que has oído, anoche tuve que llevarte en taxi hasta aquí y no fue divertido. Además de estar escuchando tu triste historia de amor en la academia.-anunció en tono de burla mientras sonreía por el rostro que puso Aida.
-¡¿Tú estás tonto!?-vociferó en ese instante.
-Shhh...que es por la mañana y la gente está durmiendo-dijo mientras tapaba la boca del menor.
-...-no pudo decir nada por la forma en que evitaba que Aida dejara de gritar. Estaba demostrado, no se iban a llevar bien.
-Es tu castigo por hacerme pasar por todo esto, además no puedes decirme eso después de decirme que no te dejara mientras te aferrabas a mí como si no hubiera un mañana. Así que si no sabes como pasó todo esto, busca en tus recuerdos y recapacita. Y si quieres que lo olvide, tendrás que hacer lo que te pida sino quieres que muestre estas fotos comprometedoras.
-¿Fotos?
-Sí, fotos tuyas. No te pienso decir que contenido tienen ya que me está gustando esa cara tuya. Te lo dejo a cargo de tu imaginación.
Y cuando dijo esto, se acercó al menor y colocó sus estirados dedos sobre el mentón de Aida para que le viera mejor y con una sonrisa habló en tono frío.
-Además, me encanta domar a los chicos orgullosos como tú y bajarles los humos. Se os ve de una forma tan linda cuando ponéis esa cara de molestia.
-¡¡Deja de joder!!-gritó enfurecido mientras se levantaba con rapidez para darle un puñetazo.
-¡Deja de ser un cabezota!Pero a pesar de todo, Seragaki lo esquivó y le cogió del brazo con el que iba asestarle un golpe e hizo que su miembro se encontrara sobre su espalda y su cuerpo en la cama con el sujeto encima suyo. No era divertido...
-¡¡Ahh!! ¡¡Suéltame!! ¡¡Ow-ow ow!! ¡¡Basta!!-gimió de dolor al ver que el mayor estaba sobre él haciéndole alguna llave de artes marciales, por lo que si intentaba moverse más, le dolía.
-No puedo permitir este tipo de comportamientos cuando he sido amable contigo. Deberías ser más cuidadoso, porque nunca sabes que trucos esconden bajo la manga las personas que parecen débiles.-susurró en el oído de Aida tranquilamente mientras este se retorcía de dolor.
-No hace falta que me des tus sermones, sólo suéltame.-dijo entre gemidos, odiaba cuando le trataban de esa forma, no era un estúpido y por ello no iba a permitir que jugaran con su orgullo.
-Como desees~-respondió mientras lo hacía.-Por lo que parece, el oso gruñón no da tanto miedo como dicen los alumnos. Perro ladrador poco mordedor.
-Maldita sea...Dame esas fotos y haré cómo que no ha pasado nada.-musitó mientras se tocaba el brazo adolorido y fulminaba con la mirada a su superior.
-No. Y eso de las miradas no me sirven porque eso es jugar sucio. Sé un hombre y lucha por tu honor. Por cierto, tu traje está ahí.-dijo golpeando la puerta del armario e iba a la puerta de salida del cuarto.
-...¿A dónde vas?...-no era su intención el retenerlo, pero quería saberlo por si acaso.
-A mi casa, anoche no fui y no quiero que se preocupen por mí, tú deberías hacer lo mismo también. Sayonara~
-¿Eh? Espera, ¿y la cuenta?-preguntó asustado, no quería deberle más de lo que tenía que dar.
-Ah eso, tranquilo ya pagué yo, al igual que el taxi y tus rondas. Anda que la broma no te ha salido cara.-dijo entre risas.
-Espera un momento, yo también debo pagar mi parte; no quiero deber más de la cuenta. Vamos, dime lo que debo pagar.-dijo apresuradamente sacando la cartera.
-Eh, tómatelo con calma ¿quieres? Deberías recuperarte de lo de anoche para soportar lo que te vendrá luego.
-No-Joder, que terco eres. Bueno, si insistes aquí tienes. Ten-respondió mientras tendía un largo papelajo.-Espero que sea de tu agrado.
-¿Qué coño...? Pe...pero...-¿Ves? Ya te lo dije, debías habértelo tomado con calma pero no me escuchaste.- respondió con tono burlón.
-Esto...no puede ser...¿cómo llegué hasta este punto?- preguntó con un rostro pálido. Por lo que parecía, aquella cuenta contenía todas los rondas, el taxi y el hotel. Y era una gran suma de dinero, por lo que su cartera sufriría un gran golpe cuando saldara su deuda-Y si lo sabías, ¿por qué no me detuviste?
-Lo hice, pero no me escuchaste.-respondió con indiferencia a la vez que se encogía de hombros-No te lo tomes a mal pero, tuve que llevar tu trasero hasta el taxi y luego al hotel, por lo que la deuda no me importa, sólo haz lo que te pido y listos. Además, yo cobro más que tú y tengo una buena posición social, por lo que no me importa que no me pagues.
Aquella respuesta hizo que toda la sangre le llegara hasta la cabeza, pero se detuvo al sentir el roce de la mano de Seragaki sobre su pelo. ¿Por qué tuvo que ser todo así?
-Entonces, si no te importa. ¿Puedo pagar mi parte cuando llegue final de mes? Sólo espera un poco y te devolveré todo.-dijo mientras Seragaki le miraba de forma dulce y evitaba soltar carcajadas.
-Eres tan terco...pero, está bien, haz lo que creas conveniente. Bueno, adiós. Nos vemos en la academia si eso, pero descansa, la resaca no se va fácilmente.-respondió mientras se iba-Y no olvides nuestro acuerdo.
-¡¡Espera!! ¡¡Oi...!!-quiso terminar de hablar, pero no podía salir porque sólo estaba en ropa interior y sería vergonzoso el que ambos salieran juntos del lugar, ya que pensarían cosas que no eran.-Puta vida...me odio a mí mismo.

Cadenas de sangre: la nueva leyenda, el mounstruo sin amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora