Segundo capítulo

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Era un nuevo día para los habitantes de Gravity Falls, y nos encontramos de nuevo en la entrada de aquella cabaña vieja donde un muchacho ordenaba la mercancía, está vez, no se encontraba solo en aquel turno, con él se encontraba una muchacha muy hermosa a ojos del castaño con cabellos rojos flameante y mirada despreocupada, Wendy Corderoy,  también estaba su hermana Mabel con su pelo castaño algo despeinado y una mirada de aburrimiento. Los tres se encontraban mirando a la nada, sudando a horrores, sentían el calor golpeando sus cuerpos insistentemente sin intención de desaparecer y para su mala suerte, el ventilador había terminado de dañarse.

Los minutos pasaban lentamente y el sonido de las manecillas moviéndose no hacía más que volverse tortuoso, ¿Cuánto faltaba para qué terminase aquel infierno? Es más ¿Desde cuándo qué estaban allí? El calor no les dejaba pensar con claridad y sólo podían pensar en aquellas tranquila y fría marea que se apreciaba en la ventana.

El castaño terminó de ordenar todo y fue donde estaban las dos muchachas, recargandose en el mostrador.

-¡Ya no aguanto este calor!-exclamo Mabel levantándose de golpe, para abrir las ventanas- ¿Cuanto falta para el descanso?.

Dipper miro el reloj, faltaban 40 minutos y sabía que su hermana no iba a aguantar otros 40 minutos en aquel lugar.

-Tal vez podamos pedirle algo de agua al tío Stan...-menciono su hermano y antes que acabará su hermana había salido corriendo a buscar a su tío- Ojalá que logre convencerlo, me estoy asando.

-Lo mismo opino-hablo desgana la pelirroja.

Se quedaron en silencio, solo aquel molesto sonido de las manecillas lo interrumpía, Dipper no sabía que decir, estaba nervioso, Wendy le había gustado desde antes de poner un pie en el lugar y era la protagonista de la mayoría de sus pensamientos, rezaba que Mabel regresará pronto antes de que quedara en ridículo.

Sus plegarias se vieron interrumpidas con una risilla, confundido, miro a Wendy y después miro a la puerta donde había un muchacho ¿Cuándo había sonado la campanilla? No pudo evitar volver su mirada a Wendy, está veía al muchacho que se acercaba con las mejillas rojas y un brillo en sus ojos, frunció el ceño y volvió a mirar al muchacho.

No estaba mal, debía admitir, era moreno, con un bronceado natural que le daría envidia a cualquiera, resaltaba los músculos de su torso y sus brazos, por qué sí, el tipo iba sin camisa , tenía el pelo de un marrón oscuro, corto, peinado hacia atrás mientras unos pequeños pelos caían sobre su frente de forma rebelde y sus ojos, unos ojos negros que miraban a Wendy de manera descarada.

Lo que le llamo la atención en él, fue el tatuaje en su brazo derecho, un tatuaje negro en forma de olas dándole la vuelta a su brazo.

El tipo terminó de llegar hacía Wendy sin mirar a Dipper que estaba a su lado, ¿Lo ignoraba o no se daba cuenta de su presencia?.

-Buenas tardes- habló con una voz profunda, algo ronca que dejó sorprendido a Dipper-, Vine buscando algo...

-¿A sí?, ¿Y que busca guapo extraño?-pregunto Wendy saliendo del mostrador y poniéndose a su lado, ignorando el bufido de Dipper.

-A una chica muy bella que me trae loco de la cabeza-lo dijo en un tono seductor que a Dipper le dio asco, la pelirroja solo dio una risilla sonrojandose, mientras el extraño la abrazaba de su delgada cintura- ¿Acaso la ha visto usted?.

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