Cuarto capítulo

87 12 5
                                    

Todo estaba oscuro, tan oscuro como si tuviera los ojos vendados, confiando ciegamente en alguien que lo guía através de un camino. Solo que ahora, no había nadie y ningún camino el cual seguir, solo un profundo silencio y él parado en medio de aquella oscuridad tan envolvente, tratando en vano de ver algo más allá de sus pies.

Comenzó a caminar despacio, desconfiado, tanteando con su pie por si acaso había algún agujero o algo que lo hiciera caer, mientras una pregunta rondaba su cabeza: ¿Donde estoy?.

Todo esa oscuridad le inquietaba, junto con el silencio, le era sumamente extraño, quería soltar un grito, al menos solo para escuchar algo, pero su voz se quedó atrapada en su garganta sin intención de salir.

Y de pronto sintió que el suelo bajo sus pies desapareció, trato de agarrarse de algún lugar, solo que no había de donde agarrarse solo una lisa pared, y cayó a un enorme vacío. Lo siguiente que sintió, fue como si chocará contra el agua y un dolor intenso se instaló en su espalda, después sintió frío, un frío que le calaba los huesos y un montón de agua a su alrededor, ya no veía negro, ahora veía diferentes tonalidades de azul.

Veía pequeñas burbujas subir a la superficie y queriendo seguirlas empezó a patalear, tratando de nadar, pero no podía, era como si su cuerpo pesará tanto como una roca y sólo podía hundirse más y más en aquel lugar.

De pronto el aire le empezó a faltar y desesperado llevo las manos a su cuello abriendo la boca, tratando de agarrar oxígeno de donde no había, haciendo que más agua entrara en él. Trato de nadar con más fuerza pero su cuerpo seguía hundiéndose y cada vez el azul era más oscuro, cada vez veía menos.

Escucho pequeñas risas femeninas y algo nadar en círculos a su alrededor, como si estuvieran viendo su desesperación y disfrutarán de eso, de pronto aparte de las risas se escuchó una canción, una triste melodía que encogía a su corazón, haciéndolo desear poder llegar hasta el creador de aquella melodía para poderlo consolar, mas su cuerpo seguía bajando y el oxígeno faltando.

Más risas se escucharon, junto al sonido de colas nadando, cada vez aquellas risas se hacían más fuertes y su visión ahora volvía a ser de un fuerte color negro, pataleando, tratando de salvarse, de repente frente a él apareció una bola, una bola amarilla que iluminaba todo a su alrededor, ya no era tan oscuro y raramente ya no se sentía aquel terror.

Las risas fueron cambiadas por furiosos siseos, que se alejaban cada vez más y eso lo extraño ¿Por qué se iban ante la bola amarilla?.

De pronto el aire volvió a él y empezó a toser violentamente, aún sentía como si flotara en el agua y escuchaba aún como algo nadaba cerca.

La bola amarilla no se fue y él solo la miró, maravillado con la luz que irradiaba, pero algo en ella cambió. De repente una larga línea negra se hizo presenté, como si hubiera venido de atrás de la esfera, paseando lentamente hasta llegar a su destino que era justo en medio de la bola, haciendo que tuviera el aspecto de un ojo y ante esa idea se sintió observado, sintió un escalofrío por todo su cuerpo a causa de un miedo más fuerte al anterior.

El ojo se dobló, como si estuviera sonriendo y una risa maniática se escuchó en aquel silencio que no había notado por el pánico que ahora sentía.

La risa se fue haciendo más fuerte y su vista se fue haciendo borrosa, cerró sus ojos.

Los abrió de golpe por una última carcajada que se escuchó sumamente fuerte, como si quién estaba riendo estuviera tras él. Se sentó de golpe, ya no sentía que estuviera en el agua, ahora solo sentía su cómodo colchón abajo de él y sus manos apretando fuertemente las cobijas que le cubrían, su respiración era agitada como si hubiera estado corriendo y un frío sudor bajaba desde su frente hasta sus manos.

Shining seaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora