Luego de la muerte de Wasuke Itadori, sus nietos Yuji y Sukuna deberán buscar sus pertenencias restantes al pueblo de Silent Hill donde alguna vez residió la familia.
Au sin maldiciones basado e inspirado por por primeros cuatro juegos de Silent Hill
—¿Quieres que me detenga en la estación de servicio?
—Me da igual.
—Mocoso.
—Quiero terminar este viaje lo más rápido posible.
Yuji se acurruca más contra la puerta apoyando su frente en el vidrio de la ventana mientras Sukuna conduce por la carretera mirando en todo momento hacia el frente, ambos escuchan a Nirvana y una de sus tantas canciones reproducirse en la radio.
Realmente no había forma de evadir este viaje.
Volver allí...No estaba en los planes de Yuji, o por lo menos no tenía la intención de hacerlo tan pronto saliera de la correccional juvenil, pero las circunstancias...Lo obligaban a hacerlo.
Este viaje, su razón de ser, Sukuna...Todo era tan desagradablemente doloroso y angustiante.
Las horas pasaron mientras viajaban por la larga carretera, hace tiempo habían pasada por Shepherd's Glen y quedaba algo de tramo aun, sus recuerdos vuelven con cada kilómetro que avanzan hacia el pueblo.
Su mente evoca a Silent Hill, tardes pescando en el lago Toluca, visitas al parque de atracciones de Lakeside y las grades colinas en las que uno podía perderse y que daban el nombre al pueblo. En su niñes, cuando el fin de las vacaciones estaban cerca, viajaban desde Ashfield al pueblo y se quedaban lo que alguna vez fue la casa en la que vivieron sus padre cercana al hotel Lake View. Yuji aún se sorprende de recordar todo con tanta claridad, imagina que se debe al hecho de que tenía muy buenos recuerdos que sucedieron allí.
Entre le agotamiento, la triste y el enojo sucumbe ante el sueño, Sukuna ni siquiera lo notaria estando demasiado ocupado manejando entre la espesa niebla que cubre su camino.
Por seis años creyó que encontraría algo de paz una vez estuviera afuera, pero nada más alejado de la realidad, nunca se había sentido más encerrado que ahora.
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—Despiértate, ya llegamos.
—¿Eh?
Yuji apenas puede abrir sus ojos, ve manchas borrosas hasta que su visión se aclara por completo. El atardecer estaba a sus espaldas cuando la vio.
La casa de su abuelo estaba casi en las ruinas, Yuji no creyó que la encontraría en un estado tan lamentable. La mayoría de las ventanas tenían los cristales rotos, el césped crecido en abundancia cubriendo un viejo sendero que sabia estaba allí, varias enredaderas llegaban hasta el techo y el bosque de Silent Hill parecía haber reclamado más terreno dándole la bienvenida con frondoso árboles que oscurecían todo el área.
