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El silencio reinaba en los dormitorios. Nadie podía creer lo que había sucedido, supongo que en algún momento la idea de perder a ese amigo que habíamos hecho dentro del juego había pasado por nuestras cabeza, pero jamás que tendríamos que matarlo nosotros mismos.

Gi-hun lamentaba la pérdida del anciano.

Sang-woo se controlaba por la muerte de Ali, pero sabía que algo dentro de él lo carcomía al haber jugado con la inocencia y confianza de ese chico.

Sae-byeok, al igual que Gi-hun, lamentaba la pérdida de la chica del flequillo.

Pero el dolor más fuerte y severo de ese lugar, le pertenecía al jugador 69, quien había tenido que jugar en contra de su propia esposa y derrotarla para pasar a la siguiente etapa.

— Acabemos con esto. Ya no puedo hacer esto. — El hombre quebró en lágrimas. — Podemos parar esto y si la mayoría está de acuerdo. Si nueve estamos de acuerdo podemos salir de aquí.

Nadie hizo caso a sus palabras

— ¿Cómo es que se llaman humanos? Mataron a la persona más cerca a ustedes, ¡por ese dinero!.

Sang-woo se levantó de su camilla y camino con cierto enojo hacia el hombre que sollozaba con fuerza.

— ¿Tú esposa volverá a la vida si salimos de aquí? ¿Te perdonarán por matar a tu esposa?

Las palabras de Sang- woo eran como navajas para ese hombre que se encontraba en su propia redención tras haber asesinado al ser que más amaba.

Pero bastó con que el empresario más reconocido por la universidad de Seúl pusiera nuevamente orden dentro del dormitorio y acabara con esa pequeña escena.

Poco era decir el hecho de que ese día todos nos habíamos llevado sorpresas muy poco gratas, pero había alguien dentro de este lugar tenía la fortuna de no compartir la tristeza que se había vivido en el juego anterior.

Esa persona era aquella mujer de cabellos rizados que tras haber sido excluida por todos nosotros se lo otorgó un pase directo para el próximo juego, debía confesar que había sido algo impactante ya que la mayoría creyó que su eliminación sería automática, pero no fue así.

Allí estaba ella sonriendo y burlándose de nosotros.

Intente ir al baño para encontrarme con Joon-ho, pero en esta ocasión nadie custodio la puerta ni me otorgo el permiso de hacerlo; tuve que resignarme a esperar.

Sabía que el no sería fácil de atrapar y que encontraría la manera de volver a comunicarse conmigo, pero eso no eliminaba mi preocupación e impaciencia.

Repasaba las paredes del lugar una y otra vez tratando de buscar una distracción, inclusive cuando la luces comenzaron a desvanecerse.

Miraba esas figurillas que estaban pintadas con negro, eran niños corriendo, saltando, jugando.

No podía apreciar bien sus siluetas debido a las estructuras metálicas de algunas literas que aún permanecían allí adentro, pero algo llamó mi atención.

Cuatro niños sujetando algo que parecían globos con formas peculiares. Un círculo, una estrella, un paraguas y un triángulo; me incorporé sobre la cama para obtener una mejor vista ¿podía ser solo una coincidencia?

Al parecer no era así, había otra pintura en donde habían dos grupos de personas tirando de una cuerda, otro en donde alguien estaba de espaldas mientras otros corrían en su dirección.

En las paredes estaban los juegos que ya habían pasado y los que estaban por venir.

— Sae-byeok. Sae-byeok. — Trate de despertar a la chica.

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