Pequeño Cambio

VIII.- El Dolor de un Corazón

Derek entró a la habitación que compartía con su castaño encontrándoselo recostado sobre la cama con una mirada triste, se acercó hasta sentarse a su lado y comenzar a acariciar su cabeza con cariño.

Stiles era la persona más valiente y fuerte que conocía pero él también tenía derecho a dejarse caer en su tristeza, acababa de sacar cosas que no le había dicho a alguien en mucho tiempo, saco lo que había guardado muy dentro de él.

El lobo acarició el cabello de su chico con cariño y amor, no quería dejarlo solo y no lo haría.

- Esta bien Sti, necesitabas hacerlo, no podías seguir guardándote todo eso – le dijo Derek

- Lo sé pero eso no significa que no duela

- Va a doler un tiempo, te hicieron daño, sufriste por mucho tiempo pero ahora es momento de seguir adelante con una manada que realmente te aprecia y quiero, nosotros jampas vamos a hacerte daño – le dijo Derek

Stiles se levantó y se abrazó al mayor escondiendo su rostro su pecho, Derek solo acariciaba su cabello y espalda.

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Scott y los demás entraron al loft decaídos, ahí los esperaban Peter, Noah, Chris, Melissa y Malia esperándolos aunque la coyote realmente no estaba esperando nada, ella acababa de conocer a Stiles y hablaban un poco así que no sabía realmente lo que sentían sus compañeros de manada.

- ¿Cómo les fue? – les preguntó Chris con un deje de molestia, él siempre supo como se sentía Stiles y trato de ayudarlo en todo lo que pudiera al igual que Melissa y Peter.

- Él había estado sufriendo mucho tiempo y ni cuenta nos dimos – comentó Scott aún procesando las palabras que le había dicho aquel que fue su mejor amigo

- El cachorro suele guardarse muchas cosas en su cabecita, siempre está haciendo todo por los demás pero si solo sacarán su cabeza del culo podrían ver en realidad nadie nunca se lo agradece o están cuando él necesita de ese apoyo. Dimos por sentado que Stiles al ser siempre tan sonriente no sufría ni tenía problemas pero en realidad es quien más no necesitaba y no que lo dejáramos de lado y se quedara solo. Amo al cachorro pero me da gusto saber que tienen una nueva manada y familia que de verdad lo aprecian y se preocupan por él – comentó Peter de manera tranquila mientras seguía leyendo su libro aunque levantó la mirada al sentir como el sheriff lo veía – ¿Qué? Noah no puedes negar que fuiste mal padre y después de que te enteraras de lo sobrenatural comenzaste a ignorarlo y dejarlo de lado aún cuando él siempre te tuvo una comida caliente esperándote cada vez que regresabas del trabajo. Stiles es un chico excelente y no supiste verlo solo lo alejaste y lastimaste, ninguno de nosotros merecemos a ese pequeño y travieso ángel.

- En eso tiene razón Peter, Noah te amo con todo mi corazón pero mi pequeño Stiles ha sufrido mucho gracias a los de su alrededor incluso cuando él ha dado todo por los demás. ÉL merece ser feliz más que nadie – dijo Melissa con una sonrisa cargada de tristeza, le dolía ver al pequeño que la hacía reír todo el tiempo, que siempre alegraba su día, aquel que era como otro hijo para ella.

- Ahora solo les queda pensar en lo que han hecho y suplicarse de rodillas a Stiles que los perdone porque con nosotros no tiene ningún problema – dijo Chris de manera seria

- A mi me cae bien Stiles, me hubiera gustado conocerlo cuando estaba en la manada – comentó Malia

- Debimos de darnos cuenta de lo mucho que sufría Sti, él no merecía todo lo que le sucedió. Teníamos que haber estado para él – dijo Lydia molesta con ella misa

- El hubiera no existe, dañamos a Stiles. La única persona en este mundo que no merece nada de lo que sucedió, merece mucho más de lo que jamás le dimos – les dijo Allyson

Cora asintió ante lo que había dicho su novia, Stiles se los había dicho, él siempre había estado para ellos pero al contrario ellos nunca estuvieron para él, solo cuando necesitaban alguna información o su ayuda, nunca les nacía el acercarse a ellos sin dobles intenciones o solo para pasar un rato, debieron de haberlo hecho mejor.

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Stiles se encontraba entre las piernas de Derek, ambos sobre el sofá, Julio estaba a sus pies mientras que Tom y Cole estaban acurrucados al lado de ellos. Los cinco estaban disfrutando de una tarde de películas, el castaño se sentía mucho mejor que antes y su manada lo ayudaba a sentirse feliz y poder cerrar esa herida que había crecido con los años.

Mieczyslaw Stilinski estaba donde debía de estar, donde pertenecía y era realmente feliz y apoyado, un lugar donde lo protegerían y cuidarían.