diez | libros

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–Traffy~ –lloriqueó Nana aferrándose a la almohada. –No seas tan rudo. –Law miró su rostro sonrojado y volvió a lo que estaba haciendo.

–Tranquila... –Nana cerró los ojos fuertemente sintiendo lágrimas en ellos.

– ¿Puedo tomar tu mano? –Law liberó su mano izquierda y la extendió hacia ella, Nana la apretó fuertemente y se dio vuelta. –Confío en ti.

–Aquí va. –insertó la punta en ella, Nana soltó un chillido.

–Hazlo más rápido.

–Cálmate.

–Traffy, duele... –apretó el agarre de su mano, Law hizo una mueca y tragó en seco.

–El dolor pasa rápido, aguanta.

– ¡Ah, Traffy, sácala!

–Casi termino... –Nana chilló de nuevo.

– ¡Kyah~!

–Listo. –sacó la aguja y la dejó a un lado, puso el algodón en el brazo de Nana y comenzó a sobar.

– ¿Terminaste? –Law asintió, Nana se giró a mirar aún con lágrimas en los ojos.

–No fue para tanto, te dije que sería rápido. –Nana soltó el agarre de su mano y se puso de pie aún sin soltar la almohada.

–Gracias, Traffy. –se limpió las lágrimas y esbozó una sonrisa. –No dolió tanto como creí.

–Chillona. –Nana soltó un estornudo, Law le pasó un pañuelo y se dio la vuelta para tirar la jeringa usada. –Quizás el cambio de clima fue lo que te enfermó, aunque también podría haber sido otra cosa trivial, como sea, es un simple resfriado, con la inyección que te he puesto te curarás pronto.

– ¡Sí! –exclamó sonriente, Law analizó su aspecto rápidamente; nariz y mejillas sonrojadas, piel pálida, ojos levemente hinchados y llorosos. Lucía fatal.

–Tendrás que cuidar algunos aspectos, estamos navegando con un clima helado, abrígate, no comas cualquier cosa y no contagies a los demás. –Nana hizo un saludo de Marine.

– ¡Como ordene Doctor Capitán Traffy! –se dio la vuelta y corrió hacia la puerta.

– ¡Espera! –Nana se detuvo justo antes de salir, miró a Law con una expresión de pregunta, este la llamó para que se acercara. –Te dije abrígate.

Levantó un suéter que tenía colgado en una silla y se lo entregó, Nana se lo puso; hizo un Room que abarcaba fácilmente medio submarino y con un Shambles trajo un gorro y una bufanda desde su habitación.

–Es demasiado~ –canturreó ella enfadada, Law la ignoró y le pasó la bufanda por el cuello varias veces.

–Está nevando allá afuera, si empeoras tendré que ponerte más inyecciones. –le colocó el gorro de manera que le cubriera hasta los ojos, Nana se lo acomodó mejor y sonrió.

–De acuerdo, no quiero que te preocupes tanto por mí. –con aires de grandeza habló, Law rodó los ojos.

–Ya vete. –le dio un ligero empujón en la espalda, Nana rió un poco y corrió hacia la puerta.

–Gracias~

Law negó con la cabeza una vez que se fue, lo había mencionado una vez y no se cansaría de repetirlo, Nana era como una niña pequeña en todo aspecto...bueno...no todo.

Algo sí le mantenía curioso, ¿cuál era la razón de su actitud infantil? ¿Simplemente era así por naturaleza o había alguna razón? Sin prestarle tanta atención a esas preguntas terminó de limpiar su "sala de doctor" y salió de ahí.

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