Noveno acto

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Taehyung despertó sobresaltado cuando el sol azoto su rostro por la mañana, por un momento se asustó al no reconocer el lugar donde se encontraba o al no identificar el rostro de Namjoon a su alrededor, pero luego recordó lo que había sucedido hace algunas horas atrás, sin embargo, eso no aliviaba su malestar completamente.

Después de todo, cuánto tiempo podría estar lejos de la mansión antes de que Jungkook lo encontrara, él lo buscaría y sabría dónde está, siempre lo sabe. Tenía miedo.

Sin poder evitarlo sus feromonas algo apagadas y agrias se empezaron a esparcir por la habitación, estaba asustado de cómo reaccionaría su Alfa, por cómo reaccionaría por desobedecerlo y ser un mal omega.

Quiero a mi alfa, lo necesito.Ya ni siquiera eran sólo las voces de su cabeza que lo atormentaban, su omega comenzaba a deprimirse y Taehyung se cuestionó si era peor los comentarios crueles de su cabeza o los lamentos lastimeros de su omega desperado.

Por favor.

—No podemos, no puedo enfrentarlo, no puedo.—Susurraba por lo bajo el peligris, sintiendo su labio inferior temblar conteniendo las ganas de llorar.

No pasó ni un minuto después cuando la puerta fue abierta y un Alfa adormilado y preocupado apareció por la misma. Su alfa se había alarmado al percibir las feromonas del omega, y así mismo lo había obligado a levantarse de su cama para ir y asegurarse que todo estuviera en orden con su hermano.

—¿Qué está mal, calabaza?—Cuestiono el Alfa, mientras se acercaba hacia la cama, no dudo en subirse sobre la misma para sentarse a la par del omega, quien sólo lo miro con ojos húmedos.—¿Quieres hablar de ello?

Taehyung negó con cabeza antes de acercarse al peli-rosa para acurrucarse cerca, soltando un suave llanto silencioso. Mientras tanto, el peli-rosa acariciaba sus cabellos para reconfortarlo, pero en realidad su cabeza se formulaba mil preguntas sobre qué diablos era lo que estaba atormentado a su hermano o qué demonios estaba pasando en su vida cómo para ponerlo en tal estado, aunque muy en el fondo deseaba hacerse él de la visita gorda y no saber el motivo, no podría lidiar con el simple hecho de que Taehyung estuviera en problemas y jamás le haya contado, lo hacia sentir impotente. Joder

¿Qué tanto estas escondiendo, Taehyung? Aquella pregunta se repitió varias veces en su cabeza, no tuvo idea de si pasaron minutos o segundos cuando él omega rompió el silencio.

—Perdón, acabo de mojar tú camisa, Hyung.—Murmuró bajito el peligris, sorbiendo su nariz.

Namjoon salió de sus pensamientos, para enfocar su atención en el contrario, quien parecía más cómodo y tranquilo. El peli-rosa no pudo evitar sonreír enternecido.

—Sólo son lágrimas, no es gran cosa, ¿de acuerdo?—Resto importancia el Alfa, dándole un ligero tirón a la nariz contraria.

—De acuerdo.

—Muy bien, entonces, seguro debes tener hambre, ¿No es así?

Taehyung asintió efusivamente algo más animado, limpio los rastros húmedos de sus lágrimas con las mangas de su sudadera. Llorar le había aliviado el peso en sus hombros y aligerando sus emociones negativas, aquel sentimiento no sería permanente pero por el momento era suficiente.

—Iré a hacer en desayuno, mientras tomas una ducha.—Exclamó Namjoon.

—¿Insinúas que me veo sucio?—Se quejo el omega, cruzándose de brazos.

—Jamás dije tal cosa, pero ya que lo mencionas, si tienes razón, te ves como un vagabundo.

—No acabas de decir eso, ¡Hyung!

El pelo-rosa hizo oídos sordos a las quejas del omega y se dirigió hacia la puerta, antes de salir de la habitación le indicó dónde estaban las toallas y el baño al peligris. Quién permanecía enfurruñado en las mantas.

Taehyung decidió levantarse de la cama unos minutos después decidió a tomar la dichosa ducha, se dirigió hacia el lugar donde están las toallas y tomó una entre sus manos para seguido entrar al baño que estaba en la misma habitación.

Una vez entro, cerró la puerta con seguro y dejo la toalla sobre la tapa del inodoro, prosiguió a retirarse la ropa, doblarla y colocarla sobre lo que parecía un cesto, aunque no tenía idea si era de ropa sucia, ya revisaría después. Se dirigió hacia la ducha sin darse un vistazo el espejo, no tenía ganas de arruinar su ánimo y sentirse mal de nuevo, a veces sólo tenía que ser un poco egoísta para estar bien.

Régulo el agua y simplemente de mantuvo bajo ella algunos minutos, sólo dejando que corriera sobre su cuerpo algo tenso, era agradable. Después de eso se ducho normalmente durante aproximadamente veinte minutos más.

Una vez cerró las llaves, envolvió su cuerpo en la toalla y se secó lo mejor que pudo antes de salir y acercarse hacia el armario para tomar prestada ropa del Alfa, terminó utilizando una camiseta y un short algo ancho que se le deslizaba por las caderas, era cómodo pero no era su cosa favorita. No quería sonar malagradecido pero le hubiera gustado poder tener sus lindas falditas para usarlas, siempre lograban subirle el ánimo al ponérselas, se sentía bonito.

Y pensar en eso le recordó a Yoongi, extrañaba mucho al omega peli-azul, él siempre se encargaba de elogiar sus faldas, también extrañaba que le contara cómo había ido su día y escuchar sus quejas absurdas en contra del alfa rubio que lo intentaba cortejar. Sólo, quería volver a casa para verlo.

Su Hyung era en la persona que más confiaba ahora mismo además de su hermano, el jamás lo utilizaría, como su Alfa. ¿No es así?









Lo último será indirecta de lo que pasará¿
Nadie sabe.

Muchas gracias por esperar el capítulo, perdón la demora, espero les guste. <3

xoxo.

𝐒 𝐔 𝐌 𝐈 𝐒 𝐈 𝐎́ 𝐍 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora