Capítulo 1.

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Querido diario : 1 de marzo del 2020.

Dicen que todos tenemos un propósito que cumplir en las vidas de otros . Que toda acción es recompensada con algo bueno para ti . Por esto muchas personas buscan redimirse tratando de encontrar la tan aclamada recompensa . En lo que a mi respecta si no haces algo porque nació de ti hacerlo , significa que solo buscas algo a cambio .

Jonathan Harrison creo que pidiéndome disculpas , nada sinceras, podrá hacer que la relación entre ambos sea más llevadera ahora que me quiere otra vez en su vida . Mi orgullo y el suyo jamás permitirán que ambos tengamos una relación padre-hija en buenos términos.  ¿Para qué intentar formar parte de alguien a quien nunca tuviste la decencia de apoyar?

Ironías de la vida que hoy vuelva a intentar estar junto a mi , a quien siempre desplazó por sus mujeres .

Desde pequeña me di cuenta que para él, la escalinata familiar estaba distribuida como : mujer , hijos de su mujer , trabajo , hija .

Los primeros años dolía ver como era condescendiente con las travesuras de los gemelos , pero cuando me equivocaba en lo más mínimo me reprochaba con la mirada haciéndome sentir mal .

Aún puedo recordar como seis años atrás estábamos en la playa y le pedí que entrara al mar para jugar conmigo . El dijo de manera dulce , tan dulce que creí era cierto : lo siento gatico, ya no voy a entrar más por hoy .

Asentí ante sus palabras , se le veía cansado , por lo que no insistí más.  Minutos después uno de los gemelos salió de prisa para pedirle que entrara a jugar con el y lo hizo .

En ese momento mi corazón latía tan despacio que creía que no podría respirar . A mi me negó y con el aceptó.  Cuando entró al mar pasó por mi lado y me sonrió mientras comenzaba a jugar con Igor . Fingí una de mis tantas sonrisas , ocultando así como en verdad me sentía. Todo a mi alrededor pesaba y los ojos comenzaban a picar me , cuando una lágrima amenazaba con salir de mis cuencas recordé las palabras de mi mamá: Ivy , jamás dejes que el causante de tu dolor , lo note .

Salí del agua como si nada pasara camino a donde se encontraba mi ropa y toalla . Entre en el baño público y me senté en el retrete . Deje salir lagrimas de dolor , de pura aflicción al notar que siempre sería así.

Que Ivy siempre sería el último objetivo de su atención. 

-¡Ivyliana Harrison James !- el grito de mamá proveniente de las escaleras hizo que cerrara de golpe el diario .

-¿Mami? - dije con fingida inocencia.

-Se puede saber ¿dónde está lo que te pedí hace una hora atrás? - puso los brazos en jarras y frunció el ceño viéndose adorable y a la vez terrorífica.

Comencé a buscar en mi mente lo que ella antes me había encomendado y abriendo los ojos como platos , bajé de la cama a toda velocidad camino a mi mochila de la escuela . No recordaba que hace un rato me había pedido el permiso de la escuela para ir a acampar .

Lo saqué y lo dejé en sus manos con la sonrisa más fingida que se puede haber visto . Ella entre cerró los ojos contenido así una carcajada .

-Despues soy yo la que deja el refrigerador abierto . - dijo saliendo de mi habitación.

-¡Qué yo no soy quien lo deja abierto!- refunfuñé .

-¡Shh que despiertas a Milán! - volvió a entrar haciendo un gesto con los dedos para que guardara silencio .

-Pero si tu también alzaste la voz .- me encogí de hombros .

-Si pero yo soy la que lo cuida.  - sonrio con malicia .

El diario de Ivy. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora