ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕀𝕀

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— ¿Quieres qué te rompa los huesos? — Dijo Rindou
— ¿Qué? —

"El me rompió en distintos sentidos, pero nunca rompió mis huesos".

— Nos viste la otra noche, a Ran y a mi. —
— No sé de que hablas.—

En ese momento por mi mente solo pasaban dos cosas, o me lanzo de la moto o me quedó. Y ambas daban el mismo resultado.
El fácilmente podría matarme, y nadie se enteraría. Quizás era mi fin.

El ruido de la moto al estacionarse me sacó de mis pensamientos.
Nos encontrábamos en un lugar que nunca había visto, pero a mi gusto era muy agradable, no había ruido alguno, más que el sonido del agua proveniente de un río frente a una construcción abandonada.

El bajó de la moto, y por reflejo yo también.
Lo seguí, si me mataba o no, ya no importaba. Trataba de mentalizarse eso.
Llegamos frente al río, y nos sentamos sobre las rocas. Nadie decía nada. Podría morir en cualquier momento, y aún así me daba el lujo de sentirme incómoda.
Lentamente me iba quedando dormida, pero el habló...

— ¿Quieres? —
¿Qué cosa? Me pregunte entre mi misma. Por lo que levante mi cabeza y lo miré.
Se refería a un cigarrillo, si bien nunca he fumado, me daba curiosidad, así que lo tomé sin más.

— ¿Cuántos años tienes? — Le dije, mientras lo miraba fijamente.
No lo había notado antes, pero el tenía un rostro muy bello, bueno, demasiado.
— No importa ahora — Dijo Rindou.
— Por supuesto que importa, porque estabas fumando —
— Lo dice quien justo ahora tiene un cigarrillo en la mano. Si no quieres devuelvémelo — Tras decir esto, volteo a mirarme.

No, no perdería mi oportunidad de hacer esto. Rápidamente introduje el cigarrillo en mi boca, pero joder, no debí haber hecho eso. Porque me ahogue con el humo, fue una de las peores sensaciones que había experimentado, el ardor en mi garganta se extendió hasta mis pulmones. Necesitaba agua, pero la que única que estaba a mi alcance, era la del río, la cual obviamente no era apta para consumo humano.

Y mientras yo sufría la risa de Rindou llamo mi atención, el por poco y estallaba de tanto reír.

— Tsk, eres una inútil — Dijo, para luego quitarme el cigarrillo, y cambiar su expresión por una seria.
— Disculpa si no estoy acostumbrada a tus vicios — Le respondí con gran sarcasmo —

— 15 — Dijo Rindou.
— ¿15 qué? —
— Tengo 15 —
— 15 días para los 20—
Su expresión delataba que quería reírse, pero se mantuvo neutral.

— Yo también tengo 15 —
— ¿Te pregunte? —
— No, y no me importa, soy libre de hablar — Le dije mirándole fijamente.

— Tu nombre —
— Eso no importa — Le estaba devolviendo la misma frase de antes.—
Pero ese no era mi estilo.
— No te creas, soy T/N. Y tu eres Rindou Haitani —

— Sabía que ese era tu nombre, ¿puedo llamarte mía? No te creas, es broma.—
¿Quien hacía bromas con una cara tan seria? El.

— ¿Pero cómo sabes mi nombre? —
— Que tonta, te dije que era broma. La policía ya debe haberse ido, es hora de regresar.—
— ¡Mierda! Lo olvidé.— Al pararme me resbale por las piedras mojadas, terminé dándome el golpe de mi vida, por lo que me quede tendida un rato en el suelo. —

El no volteo a ayudarme, eso me enojó.

Cuando ya estaba sobre la moto, abracé nuevamente la cintura de Rindou, no me sentía nerviosa. Al contrario era emocionante, porque ahora sí podría disfrutar de ese paseo nocturno.
Al bajarme le dije gracias, a lo que simplemente respondió que "No confíe en desconocidos", para luego marcharse.
El no parecía ser tan malo, aún así no podía confiarme.

Pero baje la guardia, me volví tan vulnerable.

Quería seguir conociendo más de ese chico.

No culpe a Koko por lo sucedido, no quería discutir con el

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No culpe a Koko por lo sucedido, no quería discutir con el.
— Estoy aquí — Prendí la luz de la sala.
Para mi sorpresa no había nadie, entonces revisé mi teléfono habían 68 llamadas de Koko, quedé impactada.
Pero solo me limité a enviarle un mensaje para decirle que estaba en casa.
Al poco tiempo el llego, y me hizo una serie de preguntas, desde, ¿Estas bien?, hasta, ¿Te caíste?

Al día siguiente me llevó de compras cómo disculpa. No sabía del origen de ese dinero.
Discúlpame Kokonoi, por no poder rescartarte, y mostrarte tu valor.
Eras mucho para mi.

Antes de regresar a Roppongi, le di un gran abrazo a Kokonoi, no sé porque pero sentía que el lo necesitaba

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Antes de regresar a Roppongi, le di un gran abrazo a Kokonoi, no sé porque pero sentía que el lo necesitaba.
En toda mi estancia en Shibuya, que fue muy corta, no vi en ningún momento a papá. Ese hombre era un gran irresponsable.

Volví a toparme con Rindou una y otra vez

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Volví a toparme con Rindou una y otra vez. Y aquella madrugada, marcó otro de nuestros encuentros más especiales.

𝐓𝐇𝐎𝐒𝐄 𝐃𝐀𝐘𝐒 : ~ Rindou Haitani ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora