ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕀

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Aquella noche.
Papá había llegado a casa, junto a mi hermano, Hajime Kokonoi. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que hablé con ellos? Ni idea, y eso no es tan importante ahora.

Eran alrededor de las 9 de la noche, y decidí salir junto a KoKonoi; pues ambos ya sabíamos lo que tendríamos que presenciar si nos quedábamos.

Esos dos, papá y mamá en cualquier momento perderían la razón, y se comportarían cómo un par de salvajes.
No entiendo cómo es que alguna vez se amaron. Pero entiendo muy bien porque se divorciaron.

Ahora no tengo ni idea en dónde está Kokonoi. Salimos juntos, pero él me dijo que quería estar solo, y me pregunto si estaría bien, a lo que yo asenti, para luego empezar a caminar en la dirección opuesta.

Caminaba lentamente, sin rumbo. Solo era un tiempo para mí misma, y lo estaba desperdiciando pensando en mis problemas familiares.

Mientras avanza la música se oía con mayor intensidad. Los gritos de felicidad de las personas dentro de los clubes por los que pasaba eran realmente exagerados. Porque Roppongi era así, un área de pura diversión nocturna.

Decidí ir por otra dirección, pero cuando giré la calle, la escena que presencie hizo que me paralizará.
Era un joven ensangrentado que no podía ni pararse, porque parecía una muñeca de trapo. Y frente a este, sentado en la acera, estaba Rindou Haitani, el cual sonreía mientras miraba al sujeto. Entonces, aquel rubio, giró su rostro en mi dirección.

Sentí cómo mi alma abandonaba mi cuerpo, era cómo si el diablo me estuviera mirando a los ojos.
Por lo que cuando pude, volví a girar, para correr. Corrí cómo nunca, cómo si la muerte viniera tras de mi.
Sentía cómo mi corazón latía con tanta fuerza.

Aquella noche, estaba tan asustada que no había notado a Ran Haitani, quien se encontraba a unos pocos metros de Rindou. Pues el no dejaría nunca solo a su hermano.

Tras caminar varios minutos llegué al lugar donde me había separado de Koko, él estaba ahí, recargado en la pared. No sabía que decirle, por lo que solo caminamos en silencio hasta casa. En donde para nuestra sorpresa, mamá y su nuevo esposo, junto a papá estaban bebiendo.

No debí salir, fue lo que pensé en ese entonces. Pero ahora, aún sabiendo el desenlace de esto, no me lamento de haberlo hecho.

Casi un mes después de nuestro primer encuentro mi preocupación había desaparecido.

Mi familia me decía que si veía a los
Haitani huyera de ahí. Pues eran bien conocidos por ser dos desalmados muy influyentes.

Yo también era consciente de lo peligrosos que eran esa dupla. Por algo controlaban el área de Roppongi, verdad.

Me estaba arreglando, para ir a la secundria. Luego fui a desayunar, y nuevamente subí a mi cuarto.
Entre al baño, y me observé en el espejo. Si bien la gente decían que era bonita, yo no lo veía así. Pero en fin, si los demás decían eso, supongo que eso era lo que realmente importaba.

Yo tenía claro que lo que estaba apunto de hacer estaba mal, pero lo hago hace años, y sigo viva. ¿Qué podría pasar por una vez más? - Sonreí-

Así fue cómo mi estómago terminó vacío nuevamente.

Minutos despué salí de casa, a paso lento. Me gustaba mucho caminar lentamente.

𝐓𝐇𝐎𝐒𝐄 𝐃𝐀𝐘𝐒 : ~ Rindou Haitani ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora