ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕍

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- ¡Rindou Haitani!

- ¿Qué?- Dijo mientras me daba una sonrisa victoriosa.

Menos mal mis clases terminaban tarde, hasta entonces mi uniforme podría secarse.

- ¿Ran, nadie me ha llamado?

- No, vengan ahora.-

Me levanté y le di una mirada amenazante a Rindou, él me detuvo para amarrarme su polera, como si de una pechera se tratase.

- Eso me mojara más.- Le miré feo.

- Cállate, tu camisa está
mojada y se ve de más.-

Joder, eso fue vergonzoso.

Cuando llegamos junto a Ran, dijo que nos veíamos muy estupidos al esperar que una ola nos mojara.

- T/N no quiere separarse de mí. - Expresó el Haitani menor tranquilamente.

- Oh T/N, no pensé que Rin fuera tu tipo, ¿le entras al poliamor?

- ¿Qué? ¡Por supuesto que no!-

Claro que sí le entraba, pero ellos me caían bien, no quería arruinar eso.

- ¿Entonces a quién elegirías?- Dijo Rindou.

- A ninguno, me quedo conmigo misma.- Les miré raro y caminé en dirección a las motocicletas estacionadas.

Ran y Rindou chocaron las palmas y se rieron.

- Era broma.- Dijo el Haitani menor, parándose a mi lado.

- No te lo tomes a mal, no me gustan las niñas. - Dijo Ran imitando la acción de Rindou, y a su vez, dándome un guiño.

- Sí le entro al poli amor.- Dije con una expresión calmada.- ¿Lo podríamos intentar?-

- Si Rin quiere.-

- ¿Qué?- Dijo Rindou.

Cuando vi la expresión de este, no pude envitar reír.

- ¡Que no hablaba en serio!- Le di un pequeño codazo al rubio con mechones celestes.

Ran y yo no podíamos parar de reír, pero es que la expresion en el rostro de Rindou nos motivaba aún más.

Y así, el tiempo pasó rápido, marcando en el reloj que ya era más del medio día.

Tuvimos que alquilar una habitación en aquel local para usar la ducha, obviamente, cada uno por separado.

Recuerdo claramente cada detalle de aquel día.

Mientras yo abrazaba la cintura de Rindou, y pegaba mi rostro en su espalda volvíamos a Roppongi.

- ¡Quisiera morirme así!- Grité, mientras que el aire se llevaba mis palabras.

- Yo no. - Me respondió el rubio.

La velocidad de la moto avanzó, y con esta, los latidos de mi corazón se intensificaron.

"Y es que, junto a ti, yo moriría feliz."

Ese día llegué a casa al rededor de las tres de la tarde, solo mamá estaba ahí, me dijo que si tenía hambre colocará la comida en el microondas.

No dije nada, subí directo a mi habitación, y me tumbe en la cama. Ya luego me quitaría la ropa, ahora no tenía energía; necesitaba dormir o colapsaría.

Pero antes de eso tomé mi teléfono y recordé que olvidé pedirle a Rindou su número, aunque para mí sorpresa este figuraba entre mis contactos. Supuse que Ran lo había apuntado.

𝐓𝐇𝐎𝐒𝐄 𝐃𝐀𝐘𝐒 : ~ Rindou Haitani ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora