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⟭۵✺۵⟬

El sacerdote manda a que el chofer y el ruso recostaran a Austria en el árbol, Rusia iba a preguntar que es lo que seguía pero todo cambio cuando el sacerdote saca de su bolsa de tela una daga con un puñal de oro y dijo: ─Por favor Austria, solo realice un corte en su sagrada muñeca.

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Desde que nací lo primero que ví fue una pared de piedras y barro, confundido abrí más mis ojos y me di cuenta que de esa pared me rodeaba, ni tan grande no tan chico, un perfecto tamaño para un country recién nacido. Veía como una esfera de luz caía a la orilla de mi ''hogar'' y como otra esfera mas tenue hacia lo mismo dándome cuenta lo que significaba un día y una noche.

Un día, arriba de las paredes ví a unos hombres sujetando a otro amordazado y con los brazos hacia atrás y, sin ningún cuidado, lo avientan a un lado mío dejándolo aturdido al instante de golpearse la cabeza en el suelo. Confundido me acerque al cuerpo y vi que aun se movía, le alcé la cara y note que era casi parecido a mi solo que mas grande y con marcas que tiempo después supe que eran heridas.

El regresa en sus sentidos y me mira, igual imito su acción pues me era nuevo tener a alguien parecido a mi. Movió sus labios más no entendía nada. En los gestos de su rostro podía entender que era ¿Alegría, alivio? No tengo idea.

El hombre que cayó del cielo, se presento como mi creador y poco después me enseño a pronunciar las palabras necesarias para hablar, escribir palabras pintadas, dibujar, diferenciar colores y curar mis heridas después de mis intentos fallidos de salir del pozo para ver afuera por saber de donde salió y en cambio recibía golpes de palos que la mayoría eran causantes de mis caídas.

En algo que me he percatado en mis primeros años era que mi creador de vez en cuando lo sacaban los hombres guerreros. Luego de numerables caídas de sol, volvía y en todas ellas venia de forma distinta, algunas veces sin rasguños pero cansado, otras con heridas en las muñecas o en el cuello y en contadas ocasiones a casi al borde de la muerte. Mis preguntas por el exterior eran muchas y en todas eran ignoradas, sin embargo, me esforzaba en  hacerlo hablar para que no cerrara los ojos por ultima vez y alegrarle un poco como lo hace cuando me visita.

Un día ocurrió algo diferente, tal vez estaba irritado o lo provoque de alguna forma, pero me grito diciendo que arriba era horrible y que los humanos eran las criaturas mas crueles que hubiera presenciado, que no confiase en ellos y lo mejor para nosotros era extinguirnos.

Por alguna razón, en las noches mi creador me abrazaba y susurraba una palabra que nunca pude descifrar. No era alguien ''malo'', como el describía el mal, era atento a que comiera cada vez que nos arrojaban restos de algún animal, me enseñaba cosas que lograba recolectar del afuera antes de sus visitas y su carácter fue más y más ''bueno'', como el describía, que cuando nos conocimos.

Un día, los hombres guerreros lo sacaron y... ya no volvió.

No hubo nada por muchas caídas del sol. Espere y espere, sin embargo, no aparecieron. Me quedé solo por un tiempo que no supe cuando es que crecí quedando del mismo tamaño que mi creador o incluso superior. En algún momento me percate de que mi altura era lo suficientemente grande y tome la atrevida decisión de salir de allí.

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⏰ Última actualización: Aug 18 ⏰

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