Capitulo 12: Los fantasmas de Ángel.

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Capitulo 12: Los fantasmas de Ángel.

Definitivamente él no se quedaría de brazos cruzados, Vicente era su hijo bien lo sabía, pero él no permitiría que su propia sangre, el ser que el mismo engendró fuera el causante de su desaparición.

-Como pude ser tan idiota y no percatarme de la estirpe a la que pertenecía Alexandra, su sangre y la mía mezcladas en un solo ser, el cual se convertirá en el demonio más fuerte de todo el inframundo y el mundo terrenal. Mi propio hijo tiene mi existencia entre sus pequeñas manos.- Fue en ese preciso choque de palabras “pequeñas manos”, cuando Ángel tomó, quizás, la decisión más difícil de su inmortal vida.

-VICENTE DEBE MORIR.- No tenía otra opción, su hijo aun era débil y sus poderes ni siquiera lograban la cuarta parte de la potencia de lo que serian en un futuro. No podía arriesgarse debía darle muerte antes de que él lo destruyera y lo borrara por completo de la faz de la tierra.

-Recuerdo que cuando era pequeño, leí una historia similar a esta y el padre en cuestión dio muerte a su hijo con una daga empapada de su propia sangre, es decir, solo podre realizar el asesinato sangre por sangre.- Para Ángel el hablar en solitario y en voz alta le resultaba fácil, debido a lo tenso y atemorizado que se encontraba, mas en su interior sus entrañas parecían retorcerse al maquinar cada una de aquellas frases que emanaban de su boca. En esta ocasión no se trataba de un adversario cualquiera, sino que de su propio hijo que era el fruto del gran amor que sentían Alexandra y él.

La imagen del rostro de Alex le retumbo en sus pensamientos, pues sabía bien que si le daba fin a la vida del hijo de ambos perdería a su esposa y esta vez sería para siempre, no se presentaría una segunda oportunidad como la que había tenido en esta época.

Recordó el impacto en su pecho cuando la vio caminando por la acera del frente, feliz y radiante. Tuvo que parpadear en reiteradas ocasiones para asegurarse de que aquella imagen era real.

-Esto no puede ser, es imposible, ella no, otra vez ¿viva?- continuaba mirándola pasmado ante tal ser, que hace siglos atrás lo había desquiciado de amor. Cruzo la calle rápidamente para verificar si lo que sus ojos veían era real.

La chica ingreso a una tienda de joyería, le solicitó a la asistenta que le mostrara el collar de perlas que se encontraba en el aparador. Sin duda eran costosas, ya que la seguridad con que las mantenían guardadas era de sumo cuidado. Le pidió a la vendedora si podía probárselo, la asistenta lo saco con mucho cuidado y le apunto un espejo para que pudiera admirar como le quedaba. Alexandra lo miro con detenimiento era realmente un collar precioso, pero si lo adquiría su tarjeta de crédito quedaría con menos cero de cupo, así que decidió juntar algo de dinero para dar un pie y así poder llevárselo el próximo mes, de seguro un collar tan costoso no se vendería tan fácilmente. Le hizo las consultas pertinentes a la vendedora de las opciones de compra, cuando a su costado siente la presencia de alguien, al voltearse diviso un hombre alto, imponente su faz era blanca como la nieve, al mirarlo le resulto atractivo, pero al percatarse de que aquel tipo se había dado cuenta de que ella lo observaba decidió mirar hacia el otro lado. El hombre se sonrió al ver a la chica sonrojada.

Alexandra fingió mirar otras alhajas de las estanterías para dejar de prestarle atención a aquel desconocido, pero poco duro su teatro al percatarse de que él estaba interesado en el mismo collar que ella deseaba, solo que al parecer el si tenía el dinero para adquirirlo de manera inmediata.

La chica algo avergonzada se acerco a la vendedora para corroborar si efectivamente él iba a comprarlo y para su desgracia así fue:

-Lo siento señorita pero el caballero ya me canceló la totalidad del collar, de verdad lo lamento.- Alexandra miró al hombre con sus pómulos encendidos, ya no sabía bien si era de rabia por no haber podido comprar el collar o de vergüenza de que él si pudiera permitírselo.

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